Llevamos todo el mes en la capital respirando aire de la peor calidad

Los medidores de Medio Ambiente reflejan un aire de muy mala calidad, favorecido por falta de lluvias y el tráfico.

Que la calidad del aire que respiramos en la ciudad es mejorable, es evidente, pero tampoco ayuda el tiempo. La ausencia de precipitaciones y el abuso del vehículo privado contribuyen a un aumento de la polución que ha sido especialmente significativo en todo lo que llevamos de diciembre. Los tres puntos que miden la calidad del aire en la ciudad –ubicados en los paseíllos universitarios, campus de Cartuja y en Luis Miranda Dávalos (cerca de Alcampo)– han registrado cotas muy elevadas en la contaminación del aire. Los medidores de la Consejería de Medio Ambiente han recogido situaciones de mala o muy mala calidad, frente a la escasa contaminación medida, por ejemplo, en Motril. Sólo durante varios días, los niveles alcanzados en la capital fueron admisibles –sobre todo, en el entorno de los paseíllos universitarios–, una situación que implica la existencia entre 50 y 150 partículas en el aire –se miden en microgramos por metro cúbico en condiciones normales–. En noviembre, los episodios contaminantes registrados en la ciudad fueron frecuentes.

Se respira mejor en la provincia

La capital soporta un mayor peso de tráfico –principal causante de la contaminación del aire–, si bien los niveles registrados en el resto de la provincia podrían servir de ejemplo.

La calificación obtenida en las mediciones realizadas en Granada durante 2007 por una unidad móvil de la Diputación oscila entre buena y admisible. Únicamente se observan unos niveles de ozono más elevados en los municipios de la costa durante el verano.

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