'La Curva del Diablo', una zona sinuosa con un historial innumerable de muertes

Labores de rescate en el accidente sucedido en el acantilado Pasamayo (Perú).
Labores de rescate en el accidente sucedido en el acantilado Pasamayo (Perú).
EFE
Labores de rescate en el accidente sucedido en el acantilado Pasamayo (Perú).

Dos trágicos accidentes con 50 víctimas mortales han sacudido a Perú en apenas unas horas, ambos ocurridos en el mismo punto: la conocida como 'la Curva del Diablo', en una carretera próxima al acantilado de Pasamayo, al norte de Lima.

En el primero de estos siniestros, un ómnibus de pasajeros caía al acantilado, dejando 48 muertos y seis heridos, según el último informe de la Policía Nacional del Perú. Los sevicios de emergencia trabajaron durante todo el día en el rescate de los supervivientes y los cadáveres atrapados entre los hierros antes de que la marea cubiera el vehículo.

Solo unas horas después se producía otro accidente en esta curva. Esta vez se trataba de un choque entre un autobús y un tráiler, que provocó la muerte de dos personas y dejó dos heridos que fueron trasladados al hospital de la ciudad norteña de Chancay. Los fallecidos fueron el conductor del autobús y su copiloto.

Se trata de una zona trágica, que a lo largo de la historia ha provocado incontables fallecimientos. El diario peruano El Comercio recuerda en una cronología detallada algunos de los siniestros más destacados ocurridos cerca del Pasamayo, entre los que contabilizan al menos 114 muertos desde el año 1990.

Los motivos que convierten este punto en 'la Curva del Diablo' tienen que ver con las intensas neblinas que se producen en la zona y que dificultan la visión, además de con la falta de barandillas metálicas que separen la carretera del acantilado, que da al oceáno Pacífico.

Una zona trágica, con cientos de muertos

El serpentín de Pasamayo está formado por 52 curvas continuas que se suceden durante 22 kilómetros en un asfalto que suele estar resbaladizo por las intensas nieblas. Es, además, un lugar de tránsito para vehículos de grandes dimensiones o que transportan una gran cantidad de carga. Camiones, autobuses y omnibuses son los principales afectados, y el siniestro más producido es el choque frontal entre ellos.

El ocurrido el pasado martes, con 48 víctimas mortales, es el peor de los registrados en los últimos 28 años. Le sigue uno sucedido en 2008, con 22 fallecidos después de que dos buses chocaran frontalmente -uno de ellos conducía ebrio-.

En el año 2000, hasta 15 personas fallecieron carbonizadas y otras 29 quedaron heridas después de un choque triple entre un bus interprovincial, un tráiler y un camión que portaba solventes químicos.

En este lugar, cualquier leve circunstancia, como el pinchazo de una rueda, puede acarrear consecuencias fatales. Así sucedió en 2005, cuando un autobús se detuvo en mitad de la carrera por haber pinchado una de las llantas posteriores. La escasa visibilidad nocturna provocó que otro gran vehículo de transporte de pasajeros chocara violentamente con él por detrás, ocasionando la muerte a 15 personas y dejando 37 heridos.

Además, los días de niebla intensa se hace muy dificultosa la circulación por este punto. En 2014 se produjo un choque múltiple de hasta 23 vehículos entre camionetas, automóviles y buses por la escasa visibilidad en la variante de Pasamayo.

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