Según una nota de prensa de la Comisaría gijonesa, la investigación se inició a la raíz de la denuncia de una mujer de 73 años que había realizado un reintegro de 500 euros en un cajero automático de la plazuela San Miguel y se había marchado del lugar sin recogerlos del expendedor de billetes.
Pasados unos minutos, consciente del olvido, regresó al lugar pero el dinero ya no estaba. En la sucursal bancaria le informaron que eran habituales este tipo de descuidos y que la propia máquina volvía a recuperar el dinero, hecho que se comprobaba con el arqueo de la caja. Fue al realizar esa operación cuando se constató el hurto del dinero, ya que no existía ningún superávit de las extracciones realizadas.
Los agentes del Grupo de Investigación de la comisaría de El Coto, una vez cotejadas las imágenes del vídeo del cajero y las operaciones efectuadas, se pudo identificar a la persona que se había apropiado del dinero, que resultó ser quien había operado a continuación de la señora que había dejado su dinero.
Esta persona, en su declaración en Comisaría, admitió haber cogido el dinero con la intención de devolverlo a la señora, pero al no poder localizarla se lo había quedado por si se lo reclamaba el banco. Fue puesto en libertad tras ser oído en declaración porque carecía de antecedentes y devolvió el dinero del que se había apropiado.
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