Por otra parte, el 16 por ciento se decanta por una vivienda usada porque le gusta vivir "en casas con historia", el 20 por ciento porque "es más barata que la nueva" y un 8 por ciento porque necesita que esté terminada para acceder rápidamente.
Asimismo, en el estudio se desprende que si se promovieran viviendas nuevas con la ubicación y características que los futuros propietarios buscan, el 64 por ciento de los baleares solo la comprarían si los precios fueran "asequibles" y el 4 por ciento no la compraría.
Igualmente, el 36 por ciento se plantearía comprar sobre plano y esperar a que terminaran la vivienda, aunque no les parece la mejor opción, frente al 16 por ciento que sí esperaría y el 28 por ciento que no.
A nivel nacional, la falta de obra nueva y sus elevados precios empujan a tres de cada cuatro compradores a la vivienda usada. En el caso hipotético de que se promovieran nuevas viviendas en sus áreas, el 80% compraría si los precios fueran "asequibles"
El número de compraventas mantiene su tónica alcista, con un incremento del 25 por ciento aunque las cifras de compra de viviendas nuevas siguen prácticamente en mínimos (17 por ciento).
Los datos ponen de manifiesto que el precio y la falta de viviendas en el mercado son los principales obstáculos que encuentran los compradores a la hora de decantarse por obra nueva frente a la segunda mano.
El 41,3 por ciento de los encuestados respondió que no buscaba vivienda nueva porque la usada es más barata, mientras que el 34,3 por ciento reconocía que la zona en la que quería vivir no dispone de oferta nueva.
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