Han hecho 21 mediciones de ruido dentro de los pisos y en la calle, junto a los bares. Todas han dado positivo.

Tras cinco años patrullando las noches de los fines de semana en busca de bares que superen los decibelios permitidos, la Asociación de Afectados por la Movida decidió hace meses pagar de su bolsillo mediciones privadas. Les costaron 1.500 euros, pero han dado sus frutos. Durante varios fines de semana se realizaron controles de ruido en las siete zonas de copas de la capital, tanto de día como de noche para contrastar los resultados. Y en todos los casos, asegura el presidente del colectivo vecinal, Miguel Clemente, «las mediciones dieron positivo». Los controles se llevaron a cabo en el Rosal, la plaza del Riego, la calle Mon, Trascorrales, la plaza del sol, Carta Puebla, Padre Suárez, Postigo Alto y la calle Oscura y Carpio.

Respecto a los resultados, Clemente asegura que «en el interior de las casas, cuyo límite de decibelios está en 28, se arrojaron resultados diez decibelios por encima; en la calle, donde se permite un máximo de 45, se llegó a los 60 decibelios».

Ésta es una de las razones que ha movido a los vecinos a  solicitar una reunión con el concejal de Seguridad Ciudadana, «para reclamar que el casco antiguo sea zona protegida en materia de ruido y más policías locales para hacer mediciones».