¿Cómo se pasan los lunes al sol?

Es mujer y tiene 41 años.
Es mujer y tiene 41 años.
Es mujer y tiene 41 años.
Para los trabajadores, se hace muy duro afrontar el cierre de una empresa. Uno de los últimos ejemplos en Valladolid ha sido Promotriz (dedicada a elaborar fundas para los asientos de automóviles). En mayo anunció el cierre de su factoría del polígono de San Cristóbal. En el aire, 170 empleos.

La Junta medió en el conflicto, ofrecieron subvenciones, pero los números no cuadraban ni con ayudas. Se logró una buena indemnización y que 100 de ellos se incorporaran a otra fábrica del grupo en Aldeamayor. El resto firmó el finiquito en octubre. ¿Cómo afrontan el paro?

Pilar Alonso carretillera, ahora desempleada 

«Yo no quería dinero, sino conservar mi puesto de trabajo»

Llevaba nueve años y medio en Promotriz cuando cerró. «Imagínate, tienes tu empleo, te gusta... y de la noche a la mañana te dicen que cierra la empresa y que te vas a la calle. Yo no quería indemnizaciones, ni 30 ni 50 días, sino mi puesto», dice indignada.

Está bastante molesta con la forma en que se ha llevado a cabo el cierre. «Para mí ha sido una deslocalización en toda regla; trincan las subvenciones y cuando pasa el plazo se van a producir a otros sitios más baratos mientras las instituciones miran a otro lado. Ha sido una auténtica vergüenza», comenta.  «Y de los sindicatos, ni hablemos. Si no llega a ser por los propios trabajadores, nos habían recomendado coger el dinero al principio, 30 días, y aseguraban que o lo aceptábamos o iba a ser bastante peor, ¡vaya sindicalistas!».

Un futuro distinto

El presente son las listas de empleo, pero el futuro lo ve con optimismo. «Nadie quiere una mujer carretillera; he enviado currículos a bastantes empresas, pero no he recibido ninguna respuesta, así que creo que haré cursos del Ecyl para formarme en un sector que tenga buenas perspectivas de trabajo, probablemente algo de la rama sanitaria», explica resignada, aunque con ilusión.

De sus conocidos de la antigua Promotriz, están todos en situaciones parecidas, «alguno ha encontrado, pero la mayoría está reciclándose a base de cursos».

Bio

Es mujer y tiene 41 años, quizá por eso lo tiene más difícil para encontrar un empleo de carretillera.

José Luis Cea carretillero, pero en otra empresa

«Me dijeron que no había vacantes, luego contrataron a gente»

Después de cuatro años y medio, se vio en la calle. «Era un momento muy malo, porque a nadie le gusta quedarse sin trabajo, pero, además, si tu mujer está embarazada, la presión es mucho mayor», dice con alivio.

A él no le ha costado mucho encontrar otro empleo. «He enviado currículos y me han llamado rápidamente de diez o doce empresas, lo que pasa que en muy malas condiciones. O a través de ETT, o con salarios bajísimos y unos turnos muy raros y de muchas horas. En fin, horrible, pero, bueno, al final he conseguido un puesto decente y en una buena empresa».

Cuenta que, con el cierre, Promotriz no ha jugado limpio. «Reservaron alrededor de 100 puestos para quienes quisieran trasladarse del polígono en el que estábamos a otra fábrica del grupo en Aldeamayor. Pues bien, yo me ofrecí voluntario y me dijeron que de carretillero no iban a necesitar a nadie, que ya estaban todos los puestos cubiertos. Luego me he enterado por compañeros que están allí y por los anuncios que han publicado, que han contratado a gente nueva, una canallada».

Unión sin fuerza

Cree que los compañeros han estado unidos durante el proceso. «Hemos tenido un buen entendimiento y mucha unión, pero por lo visto no ha sido suficiente, porque al final han cerrado». «Los sindicatos tampoco han estado muy finos en la negociación», añade.

Bio

Tiene 35 años y espera una hija, el peor momento para quedarse sin empleo. Las cosas le han ido bien.

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