Más sexo en las calles

Si el próximo miércoles 16 de enero el consistorio cumple a rajatabla con la legalidad, unas 4.000 trabajadoras del sexo «quedarán en la calle» o a merced de las mafias en los «pisos ilegales».

De cumplir lo tipificado en la ordenanza, «todos los locales de alterne tendrán que cerrar», anunciaba ayer  Oriol Bessé, secretario de ACECA, «incluidos los que disponen de licencia». Los requerimientos municipales «son de imposible cumplimiento».

El Ajuntament dio cuatro años de margen a los prostíbulos para regularizar su situación, pero la norma «sólo pretende que se cierren todos estos establecimientos», afirmó ayer Álex Garberí, letrado de la asociación.

A partir de enero empezará a ser habitual que a los ciudadanos les pidan una firma en favor de la legalización de la prostitución o de los locales de alterne, según la campaña que iniciará la asociación.

Legalizar la prostitución

Los empresarios del sector piden «una amnistía o una prórroga» para los que han obtenido licencia y, llegado el  caso, rescatar la propuesta de legalización de la prostitución que lanzó en 2004 la anterior consellera de Interior, ahora de Justícia, Montserrat Tura.

Alejados de iglesias y museos

Abrir hoy en Barcelona un local de alterne es imposible si se aplica lo establecido en la ordenanza: se prohíbe la instalación de salas de exhibición sexual y locales donde se ejerza la prostitución en subterráneos de edificios, en contigüidad con viviendas, a menos de 200 metros de usos protegidos (escuelas, iglesias, museos o ayuntamientos), alejados de otras salas y de establecimientos similares. Para los locales ya existentes la ordenanza daba cuatro años para reparar las disfunciones comono hallarse en locales con viviendas contiguas (bajos de bloques), a menos de 200 metros de usos protegidos y, en particular, de otros locales que suponga la afluencia de menores.