En el banquillo se sentará el principal acusado como autor material de la muerte del empresario, para quien la Fiscalía pide 18 años de prisión por un presunto delito de asesinato, así como otros dos acusados de encubrimiento, para los que se piden penas de tres años y medio para uno de ellos y dos años para otro.

Los hechos se remontan a febrero de 2015, cuando el gerente del establecimiento supuestamente telefoneó a su exsocio con la finalidad de resolver problemas existentes entre ellos, quedando para el día siguiente en su vivienda. Así, la víctima acudió en su coche acompañado de uno de los acusados (por encubrimiento) y el exsocio cuando salió de la casa, según la Fiscalía, disparó en la cabeza del empresario con una arma que no pudo ser localizada, ya que supuestamente la esposa del agresor se deshizo de ella arrojándola al mar.

Una vez muerto en el acto el empresario, el supuesto autor del disparo se valió de otro de los acusados para intentar ocultar el crimen, que supuestamente metió el cuerpo en un saco y posteriormente en el maletero del coche, siendo encontrado tras intentar incinerarlo para supuestamente ocultar pruebas.