Así se ha expresado durante el interrogatorio en el juicio que se está celebrando en la Audiencia desde este lunes. La joven, que está acusada de allanamiento junto a su madre, ha explicado que había estudiado varios años en Madrid pero su vivienda había sido siempre la de la familia en Bunyola y que no tenía otra casa en Mallorca. "Pensaba que mi padre no me iba a poner ninguna pega por que viviese en mi casa", ha dicho.
Se trata de una casa de campo en la carretera de Sóller, dentro del término municipal de Bunyola, que había sido la vivienda común del matrimonio antes de que se separara en 2004. En 2014, madre e hija se instalaron en la vivienda utilizando sus propias llaves, en contra de la voluntad del padre.
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