Según informa el Consistorio gaditano en una nota, Querini fue un comerciante y navegante italiano, senador de la República de Venecia y el veneciano que descubrió el bacalao desecado.

En una expedición que inició el 25 de abril de 1431 hacia Flandes, Querini fue haciendo escala en varios puertos con su marinería y recaló en Cádiz, donde reclutó a los pilotos de sus naves, partiendo posteriormente hacia su destino. Al tiempo, el 17 de diciembre, debido a los fuertes vientos, las embarcaciones perdieron velas, y los tripulantes se vieron obligados a abandonar los barcos. La tripulación fue dividida en dos botes salvavidas, y sobrevivieron 16 personas, entre ellas Pietro Querini.

Posteriormente, el 6 de enero de 1432 fueron llevados por la corriente a una isla del archipiélago de Lofoten, al norte de Noruega. Esta pequeña isla en la que naufragaron era utilizada por los pescadores para secar el bacalao y convertirlo en 'stoccafisso'. Los pescadores mostraron hospitalidad a los náufragos y los llevaron a la isla de Rost, donde permanecieron con la población lugareña hasta la llegada de la primavera.

Querini quedó fascinado por la forma en que esta población guardaba el bacalao y comprendió el potencial tanto del bacalao como del 'stoccafisso'. Así, este hombre de mar se dio cuenta del descubrimiento que suponía que un pescado se mantenga durante meses y meses en sal o en seco, así que cuando regresó a Italia hizo de los italianos grandes consumidores de este alimento.

VÍA TURÍSTICA

El cónsul italiano y los miembros de la comisión han explicado al alcalde de Cádiz su intención de validar en el Consejo Europeo la Vía Querinissima marítimo-terrestre que sigue los pasos de este navegante, con objeto de convertirla en una vía turística vertebradora de Europa.

En este sentido, le han expresado al primer edil el deseo de contar también con la colaboración de la ciudad de Cádiz, al haber sido una de las paradas más importantes realizadas por Querini en esa expedición, puesto que fue en esta ciudad donde reclutó a los pilotos de las naves.

Por su parte, José María González ha acogido de buen agrado este proyecto, que abre oportunidades de futuro, como una vía de colaboración entre Cádiz y Venecia y de promoción turística de la ciudad en Europa, con motivo de la puesta en marcha de la Vía Querinissima.