Danza Eñe, la primera muestra de danza contemporánea española para programadores internacionales, que se celebra desde este martes hasta el 2 de noviembre, intentará ayudar a los coreógrafos en un momento de gran "sequía" para esa disciplina artística, la que menos recauda y la que acumula más pérdidas.

"Esta muestra me parece un gran paso porque nos cuesta mucho salir adelante en la danza, no es como el cine o el teatro", la bailarina y coreógrafa Carmen Werner, directora de la compañía Provisional Danza, que participará con Allí, donde las flores se mueren en la muestra que organiza la Fundación SGAE en el Teatro Español.

Bailar para programadores, señala, es algo "muy difícil": "Es como una lotería. Van a buscar algo concreto y a lo mejor lo encuentran en tu trabajo o no", explica la madrileña, que se siente muy "afortunada" de poder abrir su trabajo a otros mercados cuando los datos del consumo cultural reflejan que, en España, la danza está en su peor momento.

Lo confirma Juli Disla, director institucional de Artes Escénicas de la Fundación SGAE, que apunta que la recaudación en el sector ha caído un 55,5% desde 2008, algo que es "gravísimo" y que sitúa a la danza como la disciplina artística con mayores.

Por eso, una de las metas de Danza Eñe es "ayudar a los coreógrafos" a mostrar su trabajo, no solo ante el público español, sino especialmente a programadores de otros países de Europa y de Japón.

"En vista de la selección de piezas que ha elegido el jurado, considero que de lo que se puede enorgullecer la danza española es de la grandísima variedad de estilos dentro de la danza contemporánea y de la calidad absoluta de las compañías que hay", recalca Disla.

Para elegir el programa que se presentará durante la muestra y las compañías que forman parte de él se creó un comité artístico presidido por la coreógrafa Carmen Roche que ha intentado representar todas las ramas que hay dentro de la danza contemporánea.

También era importante, puntualiza Disla, que la "territorialidad estuviera bien representada" porque hay compañías y artistas muy buenos por toda España, como los que finalmente formarán parte de DanzaEñe.

Entre ellos, también Sara Cano, Lucía Marote, Marcat Dance, Taiat Dansa, Compañía Carmen Fumero y Miguel Ballabriga, Arrieritos, Compañía Manuela Barrero dlcAos, Organik, Compañía Mariantònia Oliver, Ertza y Kukai Dantza.

Hablar un "lenguaje universal" les facilita su acceso al mercado internacional, pero lo importante, dice Disla, es "potenciarlo" a través de iniciativas como DanzaEñe o mediante cualquier otro proyecto que pueda ayudar a cambiar las estadísticas.

"La danza contemporánea es una expresión del alma y parece que hoy día todo el mundo quiere encontrar una explicación racional absolutamente para todo", añade Werner, que lamenta la "grave" crisis de su profesión.