Al hilo de las denuncias de mujeres por el caso del productor de cine norteamericano Weinstein, al que ella misma alude durante su reflexión y que le sirve para animarse a contar lo que le sucedió, la cineasta se remonta a cuando estudiaba Primero de BUP en un instituto del barrio Garrido en Salamanca.
Entonces, tal y como recuerda, un día en el que estaba sola a las puertas del aula, con el centro "desierto" por ser ya casi la hora de comer, se le acercaron dos jóvenes y uno, "el moreno", le atacó, le quitó la blusa y metió la mano bajo su sujetador.
"Fue visto y no visto. Sentí la mano en la teta y rápidamente la sacó. Entonces, me suelta. Yo paralizada, silenciada, taquicárdica perdida, y se alejan de mí", recuerda en un texto en el que hace referencia al agresor y su acompañante como "pedazos de mierda".
Y, si bien lamenta todo lo que sufrió por el agresor, en sus palabras afirma que lo que más le humilló fue cómo el amigo que le acompañaba "no hizo nada". Entonces, afirma: "Si he dicho su nombre, no es para que le ataquéis, sino para que sepáis, hombres que calláis y no hacéis nada, que eso daña tanto o más que la propia agresión sexual".
"Ojalá mis palabras se lo traigan de nuevo a su presente (en referencia al testigo). Y sirva este relato como aviso para navegantes. Hombres que calláis y no hacéis nada. Amiguetes de la manada. Algunas mujeres han osado apagar la música en vuestra fiesta depredadora. Y eso, señores, significa que la fiesta se ha acabado", concluye.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios