La glorieta de San Bernardo y la plaza de Ópera no existen. Por lo menos en los callejeros. Se trata de lugares a los que los ciudadanos pusieron motes, en algunos casos hace siglos, que todavía se conservan. «Son pocos, pero suenan con fuerza», cuenta el miembro del Instituto de Estudios Madrileños Luis Miguel Aparisi.

Quizá con el tiempo cobren más fuerza y se impongan, como ocurrió con la plaza de Manuel Becerra –antes de Roma– o Mayor –«conocida así desde el siglo xvi, aunque oficialmente sólo desde 1940»–. Éstos son otros lugares con mote:

Plaza de la Luna: Se llama así porque ahí acaba la calle de la Luna, pero oficialmente está dedicada a la fundadora de las Siervas de María, María Soledad Torres Acosta (1826-1887).

Plaza de Neptuno: Se lo debe a la estatua del rey de los mares que hay en la plaza, pero en realidad se llama Cánovas del Castillo (1828–1897), dirigente del Partido Con-

servador, diputado y miembro de la RAE, entre otros.

Glorieta de San Bernardo: Se conoce así porque ahí acababa la calle ancha de San Bernardo. En realidad, desde 1934 se llama glorieta Joaquín Ruiz Jiménez (1854-1934), en honor al cuatro veces alcalde de Madrid.

Plaza de La Latina: Conocida con este nombre por el hospital de La Latina (1506), que fundó la asesora de los reyes Católicos Beatriz Galindo, La Latina. En la actualidad, su nombre oficial es la plaza de La Cebada.

Plaza de Ópera: Se trata de la plaza dedicada a Isabel II (1830-1904), pero se conoce así por el cercano Teatro de la Ópera (1868) – hoy en día Teatro Real.

Plaza de Atocha: Es la glorieta del Emperador Carlos v (1500-1558).

Plaza de Alcalá: Se le conoce así porque por ahí pasa el camino a Alcalá de Henares, pero en realidad es la plaza de la Independencia, por la guerra de 1808 contra la invasión francesa. La puerta de Alcalá es en realidad un arco del triunfo en homenaje a Carlos III.

Plaza Elíptica: Aunque es conocida por su forma, en realidad lleva el nombre de José M.ª Fernández Ladreda (1885–1954), diputado, ministro de Obras Públicas entre 1945-1951 y vicepresidente de las Cortes.

Plaza de los Delfines: Se llama la plaza de la República Argentina, pero se conoce con este mote por los delfines que adornan la fuente.

Plaza de los Cubos: Bautizada por la escultura del centro de la plaza, pero en realidad no tiene nombre.

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