Por el interés

Este estudio revela que la mayor parte de los universitarios madrileños eligieron sus estudios no por vocación, sino por descarte frente a otras carreras que les interesaban menos.

A continuación aparecen otros factores lógicos, como el ejercicio profesional posterior o las posibilidades de salida profesional. Posteriormente se menciona el no haber sido admitido en otros estudios, la influencia de los padres y de los profesores de bachillerato, el prestigio social de la carrera, los amigos, el alto nivel de ingresos que ofrece o el ser una disciplina relacionada con el trabajo que se está desempeñando.

Compañeros, ante todo

El Barómetro también aborda los aspectos más valorados de la universidad, en cuya cima los jóvenes madrileños sitúan el ambiente y la relación con sus compañeros, la cafetería y la biblioteca. Los profesores aparecen en quinta posición, mientras que los centros de orientación al empleo y las bolsas de trabajo de los centros son los aspectos que

peor nota reciben.

Un 60,9% de los encuestados no abandonarían sus estudios aunque le ofrecieran un buen empleo bien remunerado, mientras que el 57,7% señala que le gustaría trabajar en la profesión para la que estudió y el 10,2% desea hacerlo en las administraciones públicas.

Más difícil en la pública

Casi el 60% de los alumnos madrileños consideran difíciles o muy difíciles los estudios universitarios, aunque son los de los centros públicos los que más complicado lo ven (un 52,1%, frente al 39% de las privadas). Las ciencias exactas o de la naturaleza están a la cabeza, con un 59% de alumnos que las consideran muy difíciles, frente a las humanidades, para las que apenas un 20% aplica esta calificación. En cuanto a la valoración de la formación recibida, la mayoría la considera semejante a la del resto de centros.