Estos espacios, que en el pasado fueron escenario de la vida de la alta sociedad mallorquina, se han ido transformando con el paso del tiempo, siendo utilizados en ocasiones como museos, hoteles o cafeterías.
Aunque no todos están abiertos al público, los que si lo están permiten descubrir la arquitectura señorial de los siglos XVI, XVII y XVIII típicamente mallorquina, repleta de arcos y columnas de mármol.
Museos y locales de ocio
Uno de los casales más conocidos es el de Can Oleza, situado en la calle Morey, que fue declarado monumento histórico-artístico en 1973. Otros, como el situado en la calle Sant Miquel, albergan en la actualidad modernas y lujosas cafeterías.
El destino de otros muchos ha sido reconvertirse en museo. Ejemplo de ello es el Casal Solleric, situado en el paseo del Borne, que tiene un estilo barroco francés e italiano y que actualmente es sede de exposiciones de arte contemporáneo.
Muy cerca, en la calle Concepció, podemos encontrar Can Castelló, que la Caja de Ahorros balear Sa Nostra convirtió en centro de cultura y, también muy próximo, el Casal Balaguer, que es actualmente la sede del Círculo de Bellas Artes.
CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE PALMA.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios