El conseller de Asuntos Exteriores de la Generalitat, Raül Romeva, ha visitado este sábado los trabajos de exhumación de la llamada tumba del soldado desconocido de Cassà de la Selva (Girona), prevista en el Plan de fosas 2017-2018, donde se han encontrado restos de lo que parece ser un brigadista internacional muerto en combate en 1939.

Desde ahí, Romeva ha advertido de que "hay una parte emocional que también hay que gestionar con mucho cuidado" cuando se abren fosas de la Guerra Civil y el Franquismo, ya que hay personas que han buscado a sus familiares durante años.

"Ochenta años más tarde será un proceso largo y lento pero tenemos la determinación de llegar hasta el final", ha asegurado, y ha reivindicado el Plan de fosas y el Programa de Identificación Genética como ejemplos del compromiso del Govern con la memoria histórica.

En el caso de Cassà, se ha abierto una fosa individual que se había señalado con un túmulo de piedras en la que, según testigos locales, yace un soldado republicano que murió en la retirada del ejército de la Segunda República hacia Francia.

El lugar se conoce en la zona como tumba del soldado desconocido y aunque el cuerpo fue hallado en el margen de un camino, posteriormente fue enterrado unos metros más lejos, cuando se indicó la existencia de la tumba con piedras.