Con 70 años y una gran carrera a sus espaldas, el coreógrafo Víctor Ullate cuenta que con Carmen, su nueva pieza en la que plasma la libertad del ser humano, le "ha tocado la lotería", ya que, a pesar de que este jueves se estrena oficialmente en Madrid, ha "triunfado" por donde ha ido pasando.

San Sebastián fue, los días 1 y 2 de agosto, la primera parada de Carmen, que después ha pasado por Verona (Italia), Ponferrada (León), Vichy (Francia) y Santander hasta desembocar mañana, 31 de agosto, en el estreno "oficial" en los Teatros del Canal de Madrid.

Más de cien años después del estreno de la ópera, el coreógrafo se ha alejado de los tópicos y lugares comunes para adentrarse en la esencia de la historia y arrojar nueva luz sobre uno de los personajes de ficción más poliédricos.

"Estoy feliz, muy contento, muy a gusto, muy bien, porque no siempre se consigue un éxito así con una obra tan trillada como Carmen", reconoce. Aunque la suya es una Carmen algo especial, una modelo de "alto standing", que de día "es famosa" y de noche se libera sexualmente. Una "mujer libre de hacer lo que le dé la gana", acompañada de sus fieles amigos, dos hombres que se travisten.

Para conseguir esta Carmen del siglo XXI ha sido necesaria una actualización: recrear un espacio atemporal alejado de todo costumbrismo, de manera que "no se interponga" entre el espectador y la protagonista ningún tipo de barrera temporal.

Ullate, que ideó "Carmen" estando de vacaciones una noche "de luna llena" frente al mar en la isla de La Graciosa (Lanzarote), anuncia que tiene otro proyecto entre manos, una "gran casa de acogida de la danza" para niños desfavorecidos, para la cual está buscando apoyo de las instituciones y de empresas privadas.

"Ya hay conversaciones, hay mucha gente muy interesada y que está queriendo ayudar, y ese proyecto quiero que se haga rápido, antes de que yo pueda retirarme del todo", concluye Ullate, al tiempo que se ríe y añade tajante: "Antes de retirarme del todo, quiero que este sueño se cumpla".