Según informa el Ayuntamiento de Sevilla en un comunicado, unos agentes de la Policía Local que se encontraban junto a las dependencias policiales del distrito Este escucharon el sonido del claxon de un turismo que sonaba insistentemente en la puerta de entrada a las instalaciones.

Al acudir al citado vehículo, los agentes encontraron en el mismo a una mujer de mediana edad que se encontraba en el asiento del conductor, en un estado de "nerviosismo evidente", mientras señalaba a su acompañante. Al respecto, esta mujer manifestó a los agentes que su acompañante, que se trataba de su pareja desde hace unos tres años y esposo desde noviembre de 2016, la estaba "amenazando con matarla de una puñalada".

Según el relato de la denunciante, desde que ambos contrajeron matrimonio en noviembre de 2016 comenzaron las agresiones y "las palizas" se habían "hecho habituales" ya. La mujer también señaló a los agentes que nunca había denunciado a su esposo, pero que lo hacía en esta ocasión porque había llegado a temer por su vida, ya que, además de golpearla en el rostro, la amenazó con matarla, como se ha indicado.

Tras denunciar la mujer que su marido solía llevar varios cuchillos en el vehículo, con los que ya la había amenazado anteriormente e incluso que dormía con uno de cocina bajo la almohada, los agentes procedieron a realizar una inspección del coche.

CUCHILLO EN EL COCHE

En dicha inspección, localizaron un cuchillo de 20 centímetros y una navaja multiusos, por lo que procedieron a la detención del varón y lo trasladaron hasta dependencias policiales, donde quedó a disposición judicial.

La víctima fue trasladada hasta el centro de salud de Torreblanca, donde fue asistida e informada de que se pondría en contacto con ella el Grupo Diana de la Policía Local especializado en casos de malos tratos. El Grupo Diana de la Policía Local de Sevilla, en ese sentido, está a disposición de las personas que puedan sufrir este tipo de agresiones, quienes también tienen a su disposición el teléfono gratuito 016 de asistencia a víctimas de violencia de género, que no deja rastro en la factura telefónica.