En su discurso sobre el Estado de la Unión pronunciado la pasada madrugada española, Bush ha afirmado que a partir de ahora EEUU centrará cada vez sus esfuerzos "en ayudar a preparar unas fuerzas de seguridad iraquíes más capaces... fuerzas con oficiales cualificados y una estructura de mando efectiva".

"A medida que estas fuerzas sean más independientes y se hagan cargo de más responsabilidades de seguridad, EEUU y sus socios en la coalición desempeñarán cada vez más un papel secundario", ha prometido el presidente, quien insistió en que "al final, los iraquíes deben ser capaces de defender su propio país".

Sin embargo, Bush ha evitado cuidadosamente aludir a cualquier posible plan de retirada, como le había exigido la oposición demócrata, y aseguró que "no fijaremos un calendario artificial para abandonar Irak porque eso envalentonaría a los terroristas".

Así, el presidente estadounidense se ha limitado a mencionar que las tropas regresarán cuando Irak sea "democrático, representativo de toda su población, en paz con sus vecinos y capaz de defenderse".

El presidente sí abundó en la doctrina que ya había presentado en su discurso de investidura, hace dos semanas, cuando expresó el compromiso de su Gobierno con el avance de la libertad en el mundo para garantizar así la paz y la prosperidad, y sijo que Irak es la piedra de toque de esa actitud.

En su discurso, Bush ha tratado de manera más amplia a la necesidad de reformas en Oriente Medio y ha aludido al proceso de paz entre israelíes y palestinos. Sostuvo que un acuerdo que permita la existencia de dos estados, el israelí y el palestino, conviviendo de manera pacífica "está al alcance de la mano y EEUU les ayudará a alcanzar esa meta".

Acusa a IránPor contra, Bush