Marichuy, aspirante a la presidencia de México: "Hay que mandar obedeciendo al pueblo"

  • Las elecciones presidenciales en México de junio de 2018 serán las más novedosas de su historia democrática.
  • Por primera vez podrán participar independientes y una mujer indígena, María de Jesús Patricio, conocida como Marichuy, aspirará a ocupar la presidencia.
  • En México hay más de 15 millones de indígenas, y el 70% de ellos vive en la pobreza.
Marichuy junto a sus compañeras más cercanas.
Marichuy junto a sus compañeras más cercanas.
PABLO SÁNCHEZ
Marichuy junto a sus compañeras más cercanas.

El 28 de mayo de este año fue un día histórico para el movimiento indígena mexicano. En la localidad de San Cristóbal de las Casas, en el mismo lugar donde 23 años antes los zapatistas iniciaron su lucha armada, María de Jesús Patricio, conocida por todos como Marichuy, fue elegida como candidata a representar los intereses indígenas en las presidenciales del 2018.

La imagen de su elección, rodeada de zapatistas encapuchados, acaparó las portadas de los principales medios del país. Y es que tras varios años de lucha contra un sistema que consideran corrupto, el Consejo Nacional Indígena y el EZLN, apuestan ahora por participar del mismo pero para cambiarlo. Lo hacen aprovechando la ventana que el gobierno mexicano ha dejado abierta para este proceso electoral en el que por primera vez en la historia pueden presentarse candidaturas independientes.

Varios meses después de la confirmación de esta candidatura, Marichuy, acompañada de dos de sus compañeras más cercanas, recibe a 20Minutos en un edificio de la comunidad zapatista en la Ciudad de México. Se trata de una de las primeras entrevistas que ofrece a medios extranjeros, y lo hace convencida de la necesidad de que su mensaje debe llegar a todos los rincones del mundo: "La idea surge de los pueblos indígenas pero es para todos. Tenemos que articularnos, y no solo en México, también a nivel internacional, para combatir este sistema que nos está acabando a todos".

Marichuy se refiere al sistema capitalista al que culpan de buena parte de los problemas, que no son pocos, a los que se enfrenta su comunidad. Se calcula que en México hay más de 15 millones de indígenas, el 15% del total de población, y el 70% de ellos vive en la pobreza según apunta un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía Mexicano. Las circunstancias que les rodean: alta migración y falta de elementos básicos como acceso a agua, electricidad o una vivienda digna les convierten en un sector muy vulnerable frente a las desigualdades. Un círculo vicioso en el que también tienen mucho que ver los altos índices de analfabetismo (30%), y de abandono escolar (el 54% no ha terminado la primaria).

Una realidad que sufren como colectivo integrado en un país que no les tiene en cuenta. "La situación de despojo, represión, muertos, encarcelados sigue aumentando. Por eso queremos participar en ese proceso, para hacer visible la voz de los olvidados, a los que no se les toma en cuenta para nada y que al contrario son los que están resistiendo por intentar conservar estos territorios que dan vida a las comunidades", insiste Marichuy.

Y es que la entrada de grandes inversiones de capital a las regiones donde residen estas comunidades provoca en muchas ocasiones un despojo de tierras y recursos que fuerzan a su población a abandonar las tierras de sus ancestros. Proyectos mineros, acueductos, gaseoductos, parques eólicos, presas hidroeléctricas, y grandes complejos hoteleros han provocado históricamente la dispersión de estos pueblos que ahora unen sus fuerzas en una candidatura presidencial. "Ya no estamos de acuerdo en que se siga destruyendo como se está destruyendo o que se quede en manos de unos cuantos que son los que están acabando y matando a las comunidades", sentencia la candidata presidencial.

Una candidatura integrada también por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, quienes un día tomaron las armas para hacer visible su lucha y que hoy apuestan por la vía política de un sistema del que siempre renegaron. "Ellos son parte de este espacio y los consideramos como nuestros hermanos mayores. Ya una historia visible a nivel mundial, de una organización desde abajo. En este caminar vamos juntos", comenta Marichuy.

Otra novedad de la que presume la candidatura es de su organización horizontal, desde abajo, o como define la candidata "mandar obedeciendo al pueblo" e insiste "vamos a visitar todas las comunidades del país. 200 concejales que estarán formando el Consejo Nacional Indígena, no es una persona, es un grupo, algo muy diferente a los demás partidos".

Un ejemplo de esa organización horizontal permite que Marichuy esté apoyada en esta entrevista por dos concejalas: Maricela Mejía, del pueblo ñañuu, y Betina Cruz, del pueblo binni'zaa. Esta última insiste en que la indígena es una candidatura única y novedosa: "No se trata de copiar y pegar procesos, se trata de construir desde nuestras visiones lo que somos. Cada pueblo indígena es diferente, esa es la riqueza que tenemos. Luchamos por un mundo donde quepan muchos mundos. Y no este que nos han impuesto, un sistema occidental, de consumo, capitalismo de sangre de nuestros bienes culturales y naturales".

Y reniegan también de otros ejemplos como el que permitió a un indígena aymara como Evo Morales alcanzar la presidencia de Bolivia en el año 2011: "Lo de Bolivia parecía prometedor, sin embargo, Evo Morales no se va contra la estructura capitalista si no que la está reproduciendo. Evo ha reprimido, ha ocupado territorios, está metiéndose en los bosques... compitió por una estructura de poder y nosotros no queremos eso. Vamos a construir desde abajo, no reciclar una estructura de explotación caduca", comenta Betina Cruz.

De hecho alcanzar la presidencia, como consiguió Morales, no es su objetivo, son conscientes de sus limitaciones como cuenta Cruz: "No vamos a unas elecciones a competir por el voto, vamos a proponer una forma de organización para acabar con el sistema antes de que este acabe con nosotros. Y lo hacemos irrumpiendo en su fiesta, el momento de más festín para los políticos que manejan este país",y, añade Mejía, "queremos un cambio, que los pueblos seamos autónomos, que no dependamos de gobiernos. Llevamos muchos años luchando pero ya estamos hartos del capitalismo y del mal gobierno. Queremos un México libre".

Antes de embarcarse en la campaña presidencial les queda un último escollo por superar: recoger casi un millón de firmas que avalen su candidatura. Confían en que no será difícil y que sus bases, fuertemente movilizadas tras varios años de protestas, lograrán el objetivo.

Sin embargo su irrupción en el escenario político mexicano ha sido acogida con duras críticas por parte de sus rivales directos. Incluso aquellos que son más afines a sus ideas como Morena (Podemos mexicano), han acusado a esta candidatura de "no saber a dónde va" y de "apuntarse a última hora a un juego del que siempre renegaron". Lo cierto es que con todo en contra (poderes fácticos, rivales y encuestas) esta aventura electoral ya está en marcha y a estas alturas nadie les va a impedir intentarlo.

Marichuy, indígena nahua, de 57 años, madre de 3 hijos y médico tradicional autodidacta, será la primera mujer candidata presidencial en México. Y lo hará convencida de que no importa el camino, ni los baches que se encuentren, siempre y cuando alcancen su objetivo: un país que respete y reconozca a su comunidad originaria.

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