Utrera y toda su comarca, zonas catastróficas tras el temporal

La intensa lluvia provocó que en la localidad utrerana se desbordara el arroyo Calzas Anchas y se inundarán más de mil casas, garajes y comercios y cientos de personas fueran evacuadas.
Los vecinos del barrio Coca de la Piñera fueron quienes más sufrieron los desastres provocados por el paso del temporal por Sevilla. (Julio Muñoz / EFE)
Los vecinos del barrio Coca de la Piñera fueron quienes más sufrieron los desastres provocados por el paso del temporal por Sevilla. (Julio Muñoz / EFE)
Los vecinos del barrio Coca de la Piñera fueron quienes más sufrieron los desastres provocados por el paso del temporal por Sevilla. (Julio Muñoz / EFE)

Barro y agua por todas partes. Casas inundadas, muebles y electrodomésticos estropeados, negocios arruinados, campos arrasados... El paso del temporal de lluvia y viento por la provincia de Sevilla ha dejado una imagen de desolación y rabia entre miles de personas. La comarca del Bajo Guadalquivir, y en particular Utrera, han quedado devastadas a la espera de que el Gobierno central apruebe ayudas de emergencia.

La resaca tras las fuertes lluvias ha sido especialmente dura en la localidad utrerana, que ayer amaneció cubierta por fango y agua. El arroyo Calzas Anchas se desbordó y anegó mil casas, locales y garajes. La riada obligó a desalojar a casi cien vecinos. La barriada de Coca de la Piñera fue la más afectada: medio centenar de personas evacuadas y 400 casas inundadas.

El alcalde pide al Estado la declaración de zona catastrófica y reclama mejoras en las infraestructuras para evitar futuras inundaciones.

La desolación se apoderó de muchos de los afectados al ver perdidas casi todas sus pertenencias. Con el ánimo por los suelos, pero con la ayuda de muchos vecinos, dedicaron todo el día a retirar el fango y limpiar sus viviendas para poder regresar a ellas.

Militares, bomberos...

En las labores participaron 250 personas entre bomberos, militares (pertenecientes a la recién creada Unidad Militar de Emergencias) y otros efectivos de emergencia, quienes se dedicaron a achicar agua y limpiar las zonas más afectadas. El Ayuntamiento adquirió 150 colchones y habilitó un colegio para alojar a todos aquellos que no pudieron regresar a sus casas.

El resto del Bajo Guadalquivir no amaneció mucho mejor.  El tornado, que afectó sobre todo a Lebrija y Las Cabezas, ha dejado pérdidas de 15 millones de euros en la comarca, según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de Sevilla (COAG). Más de cien invernaderos han sufrido daños y el 70% de ellos han quedado arrasados, según esta organización. Lo mismo ha ocurrido con otro centenar de naves agrícolas y las maquinarias que había en ellas.

En Lebrija son más de cien los agricultores «arruinados» por el temporal, según el Ayuntamiento de la localidad.

El delegado del Gobierno en Andalucía, López Garzón, dijo que en las próximas semanas el Estado destinará ayudas especiales para algunos de los municipios afectados por el temporal y el Ministerio de Medio Ambiente aportará dinero a la comunidad de regantes afectados del Bajo Guadalquivir.

En la capital, sólo un vecino de Aeropuerto Viejo, el del número 30, no ha podido regresar a su casa una vez concluidas las labores de achique de agua y limpieza.

La lluvia no acaba con la sequía en Andalucía

Los pantanos recogen 26 hectómetros cúbicos.  En la Cuenca del Guadalquivir, que supone un 70% de la capacidad de embalse de Andalucía, los pantanos han recogido en sólo 48 horas 26 hectómetros cúbicos de agua. Aún así, la cantidad embalsada suma 130,5 hectómetros cúbicos que el año pasado por estas fechas.

En Córdoba, segunda provincia más azotada por el temporal, el Guadalquivir se desbordó a su paso por Palma del Río, localidad en la que un hombre tuvo que ser rescatado en helicóptero tras pasar la noche refugiado en una isleta y rodeado de agua por la crecida del arroyo Madrefuente. En Málaga, que recibió ayer a un temporal más debilitado, cayeron 28 litros por metro cuadrado en la localidad de Fuengirola, 26 en Ojén y 23 en Marbella. La lluvia no provocó daños personales.

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