La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, prohíbe al hombre acercarse a 100 metros de la niña y considera probado que en 2016 el acusado estaba esperando en el ascensor del inmueble cuando la niña llegó con un pequeño perro en brazos y en ese momento, con ánimo libidinoso y mientras simulaba interesarse por el cachorro, aprovechó para tocarla.
La niña, sorprendida ante aquellos tocamientos y atemorizada, intentó salir del portal cerrándole el paso el acusado, aunque al final la menor pudo salir del portal y un vez en la calle ir en busca de su madre a la que relató lo ocurrido.
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