Se trata de la primera sentencia de este tipo tras una resolución del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) que condenó a España por no investigar las denuncias de maltrato policial.

Turson D. denunció ante el juez que, tras su detención, un policía local le pegó tres veces con la porra y que, al defenderse, llegaron más agentes que también le agredieron. El examen del forense constató erosiones en rodillas, brazos y restos de sangre en su ropa, y le aconsejó ir al hospital a hacerse una revisión más en profundidad.

Así lo hizo, pero al forense nunca le llegó el informe hospitalario, por lo que no pudo apuntar posibles autores. En el juicio, la defensa preguntó si se usaron porras eléctricas. El fallo del Constitucional dice que el juez cerró de forma «incongruente» el caso y ordena retrotraer los hechos hasta el momento en que se pidió el informe.

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Paliza y escuchas en Torrevieja

Uno de los casos más sonados de presuntas torturas por parte de policías locales fue el que denunció un ciudadano guatemalteco, al que pillaron mediante escuchas telefónicas (confesó un robo en casa de un inspector). Tras su detención le tuvieron que extirpar el bazo y tenía varias costillas rotas. La jueza encargada del caso imputó a dos ediles de la localidad. El denunciante no acudió el pasado mes de julio a la vista oral porque está preso en Colombia, según explicó su abogada.