Según informan fuentes policiales, la investigación se inicia a mediados del mes de mayo, cuando la Comisaría de Distrito de San Andrés tuvo conocimiento de la desaparición de medio centenar de ampollas, de la familia de los opiáceos, de la zona quirúrgica de un centro hospitalario así como del libro de registro.

Se da la circunstancia de que el espacio donde se encontraban los viales es de acceso restringido a personal exclusivamente sanitario.

Los agentes policiales verificaron que el autor de la sustracción de estos medicamentos conocía perfectamente los protocolos establecidos dentro de la actividad del propio centro sanitario.

La colaboración del personal del hospital, que tenía acceso a la zona restringida así como acceso a los fármacos desaparecidos, hizo que se pudiera determinar y esclarecer el hecho denunciado, según comunican las mismas fuentes.

Los investigadores solicitaron un informe sobre los efectos y duración de los fármacos así como si las cantidades sustraídas podrían ser para autoconsumo, llegando a la conclusión de que dichas cantidades y el corto periodo en el que se había producido la sustracción era excesivo para un uso individual.

El operativo policial fue llevado a cabo por los Agentes de la Comisaría de Distrito de San Andrés, de la Jefatura Superior de Policial Nacional de la Región de Murcia.