El sábado se produjo el último altercado: uno de los autobuses que subía por la Zona Norte perdió una de sus lunas al recibir una pedrada.

Faltan manos para contar los actos vandálicos que han sufrido en los últimos meses los autobuses urbanos que cubren el trayecto de Almanjáyar. La situación ha llegado a tal extremo que el alcalde de la ciudad, José Torres Hurtado, ha propuesto instalar cámaras para poner fin a los «ataques gamberriles»,  frente a los que se han plantado los trabajadores de la concesionaria, Rober. Por ello, el primer edil pedirá permiso a la Comisión de Videovigilancia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), órgano que debe autorizar la instalación de cámaras.

La medida afectaría sólo a las dos líneas que cubren la barriada, la 1 y la 20, que hacen parte de su recorrido por la Zona Norte y se implantaría con todas «las reservas» para respetar la intimidad de conductores y usuarios. Por su parte, trabajadores y dirección de Rober apoyan la iniciativa, si bien no creen que las cámaras actúen a modo de carta de salvación.

«Todo lo que sea por la seguridad de los conductores nos parece bien, pero la medida será insuficiente», valora el presidente del comité de empresa, Ángel Aliaga. La Junta ha rechazado suspender parcialmente el servicio en la zona, como pedían los conductores

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«¿A mí me toca el mes que viene?»

Esta pregunta se repite en el seno de la empresa cada vez que a un conductor le toca hacer el servicio en la línea 1 ó 20. «Cuando corren los turnos, tenemos que sosegar a los trabajadores que han caído en esas líneas porque el estado de ansiedad, sobre todo, cuando cae la noche, es constante», comenta Aliaga. Por su parte, el alcalde critica la «escasa presencia» de la Policía Nacional en la Zona Norte, pese a que «se comprometió a colaborar».