Un trabajador del ambulatorio, que es una prolongación del hospital Clínico, comentó ayer que ante la dificultad que suponen las obras, algunos trabajadores han optado por «resignarse». «Los que más se quejan son los pacientes, pero nosotros ya nos estamos acostumbrando», señaló.

Uno de los principales problemas para los pacientes es que la media de edad es alta y las obras dificultan aún más el tránsito por esta calle. También tienen dificultades las furgonetas que transportan las historias clínicas, pues tienen que desplazarse en sentido contrario.