Con su nuevo personaje sólo comparte un gran sentido del humor. Desde esta noche,

El internado (Antena 3, 22.00 h) cuenta con otro profesor: Alejandro Botto es Mateo, un borde maestro de Matemáticas que huye de su pasado.

¿Su personaje es como el House de los profesores?

(Risas) Podría tener algún tipo de parecido. Sí, podría ser.

¿Usted también es muy seguro de sí mismo?

Me considero fiel a mí mismo y seguro de mis convicciones.

¿Cuándo comenzó en el mundo actoral?

Empecé a estudiar Arte Dramático con 15 años.

Ahora entiendo cómo Juan Diego Botto, su primo, interpretó con ese acento tan creíble a Martín Hache. ¿Le echó una mano, verdad?

(Risas) Sí, yo era muy chico,  pero estuvimos en familia preparándolo.

¿Es un handicap tener familiares tan reputados aquí?

El hecho de ser primo de Juan, con el que estuve dos años viviendo en España, es un lujo. De aquella convivencia surgió un proyecto teatral, El privilegio de ser perro, que fue una experiencia maravillosa. Él la firmaba y yo la interpreté.

¿Qué es lo que más le llama la atención de Mateo, su personaje en El internado?

Él huye por circunstancias de su pasado que yo nunca he atravesado. Meterme en la piel de esa tragedia me aporta posibilidades de imaginar y crear emociones que me motivan muchísimo.

¿Es difícil trabajar con niños?

Yo creo que más difícil es con animales (risas). Es una broma. En realidad son geniales y es muy satisfactorio trabajar con ellos.

¿Le gustaría tener hijos?

Sí, claro que sí.

¿Tiene vocación de padre?

Sí, la tengo, sin duda alguna. Tengo imágenes que me ayudarán en el futuro: que los niños se me cuelguen del brazo cuando llego a casa...

¿Qué metas tiene en España?

De momento estoy aquí para sembrar algo. No pienso mucho en el futuro. Me gustaría, como proyecto vital, cabalgar entre Madrid y Buenos Aires.

¿Qué es lo que más le gusta?

Los cielos de Madrid. Aquí son distintos que en Buenos Aires. Tengo la sensación de que están más cerca y que sus formas y colores son más bonitos.

¿Cambiaría algo?

Sería lindo que hubiera barrios con jardines por el centro como el de Palermo, en Buenos Aires, por ejemplo.

¿Es amante de la naturaleza?

Sí, pero soy de ciudad, de asfalto. Aunque ahora estamos en un momento en el que hay que colaborar para ayudarla.

BIO

Nació en Argentina en 1977. Durante dos años vivió con su primo Juan Diego Botto en Madrid, ciudad de la que le gustan sus cielos.