La danza de 'Oksara' y 'Caída del cielo' triunfa en los Premios Max

  • Ambas producciones recibieron tres galardones.
  • Se reconoció también la labor teatral de la directora Carme Portaceli.
  • La gala, celebrada en el El Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia, reivindicó la importancia de la autoría en general y de la femenina en particular.
La dramaturga Iaia Cárdenas, tras recibir el Premio Max a la Mejor Autoría Revelación por la obra 'Sindrhomo', durante la gala de entrega de la vigésima edición de los Premios Max de las Artes Escénicas, celebrada en el Palau de Les Arts Reina Sofía, en Valencia.
La dramaturga Iaia Cárdenas, tras recibir el Premio Max a la Mejor Autoría Revelación por la obra 'Sindrhomo', durante la gala de entrega de la vigésima edición de los Premios Max de las Artes Escénicas, celebrada en el Palau de Les Arts Reina Sofía, en Valencia.
MANUEL BRUQUE (EFE)
La dramaturga Iaia Cárdenas, tras recibir el Premio Max a la Mejor Autoría Revelación por la obra 'Sindrhomo', durante la gala de entrega de la vigésima edición de los Premios Max de las Artes Escénicas, celebrada en el Palau de Les Arts Reina Sofía, en Valencia.

Los vigésimos Premios Max de las Artes Escénicas encumbraron este lunes la particular visión de la danza y el baile de las producciones Oksara y Caída del cielo, ambas con tres galardones, en una edición quereforzó la impronta teatral de la directora Carme Portaceli, nuevamente reconocida con un Max.

El Palau de les Arts Reina Sofía de València acogió la ceremonia de entrega de los premios, en una gala centrada en reivindicar la importancia de la autoría en general y la femenina en particular y donde se defendió tanto el papel de las mujeres silenciadas y olvidadas como del valor de la memoria histórica, de la libertad de expresión y de la comedia y sus cómicos.

Oskara, de Kukai Dantza y Marcos Morau/La Veronal, aspiraba a siete galardones y finalmente se alzó con el de mejor diseño de vestuario, mejor elenco de danza y mejor espectáculo de danza, un trabajo "instalativo" que conjuga la raíz del folclore vasco con la expresión más vanguardista y que tiene por máxima, como clamaron esta noche sus responsables, que "un pueblo que baila nunca muere".

Por su parte, Caída del cielo, "un tránsito matérico por la celebración que es ser mujer" de Danza Molina SL/Compañía de Rocío Molina, con cuatro candidaturas, se llevó los Max a la mejor coreografía, a la mejor intérprete femenina de danza (Rocío Molina, que se arrancó a bailar durante su segundo discurso de agradecimiento) y al mejor diseño de iluminación.

Con dos Max se fue otra de las aspirantes a la edición de este año con cuatro candidaturas, Només són dones (Solo son mujeres), al premiar a la valenciana Carme Portaceli —actual directora del Teatro Español de Madrid y ganadora de un Max en 2008— como mejor dirección de escena y a la obra como mejor espectáculo de teatro, un relato de cinco mujeres durante la Guerra Civil.

El jurado premió también con dos galardones a las obras El laberinto mágico (mejor adaptación teatral y mejor actor de reparto, Paco Ochoa), Mulïer (espectáculo de calle y composición musical para espectáculo escénico) y La respiración (mejor actriz protagonista, Nuria Mencía, y mejor autoría teatral).

El mejor musical se lo llevó Cervantina. Versiones y diversiones sobre textos de Cervantes, el Max infantil o familiar Amour, el espectáculo revelación fue inTarsi y la mejor actriz de reparto, Ainhoa Santamaría por su papel en La estupidez.

El homenaje al barrio madrileño de Historias de Usera ganó el Max a la mejor producción privada de artes escénicas, mientras la autora revelación fue María Cardenas por Síndrhomo, muy emocionada al revelar que ha superado un cáncer por segunda vez.

Como ya se había anunciado previamente, el Max de Honor ha sido recogido por el actor andaluz Salvador Távora, el de Contribución a las Artes Escénicas por la Fundación del Festival de Teatro Clásico de Almagro y el Max Aficionado, por el Grupo Yeses de la prisión de Yeserías.

Contra la violencia machista

La gala, transmitida en directo por La 2 de TVE, contó con autoridades como el president de la Generalitat, Ximo Puig, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, y el alcalde de València, Joan Ribó, junto a la presidenta de la Fundación SGAE (que organiza los Max), Inés París, y diputados como Rosana Pastor, Íñigo Errejón y Toni Cantó.

París reivndicó en su discurso, el primero como presidenta de la Fundación SGAE, la urgente necesidad de que las mujeres cobren el protagonismo que se merecen en la creación de contenidos audiovisuales en España para, por ejemplo, combatir también la violencia machista desde esos mismos contenidos, haciéndolos más democráticos.

Además, la directora valenciana alertó de la baja presencia de mujeres en la SGAE (solo representan el 17,5% de los socios, porcentaje que baja al 15% si tienen ingresos anuales superiores a 9.000 euros), reclamó una estrategia pública de promoción de las artes escénicas y de acceso universal al teatro, y fue jaleada al recordar los abucheos que recibió la entonces ministra de Cultura, Esperanza Aguirre, en la primera gala los Max (en 1998).

La ceremonia fue presentada por la actriz y humorista Ana Morgade y dirigida por el responsable de Comediants, Joan Font, con los valencianos Noèlia Pérez y Josep Zapater como directores musicales apoyados por el Cor de la Generalitat, el pianista castellonense Carles Santos, la Banda Sinfónica de Mujeres (con 60 integrantes) de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunitat Valenciana y alumnos de la Escola Superior d'Art Dramàtic de València (ESAD).

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