No es la única que piensa así, 50 compañeros han firmado una carta del sindicato SAE en la que exigen al consejero de Familia, César Antón, que amplíe la plantilla y mejore la «precariedad» de los empleados. Dicen que sólo así se puede recuperar la calidad del servicio a los 320 residentes, que «se ha deteriorado».

4 minutos para comer

De hecho, aseguran que es  imposible cumplir la tarea de trabajos que les pide el coordinador de su área.

Ese planillo, al que ha tenido acceso 20 minutos, indica que la duración de la comida es de 40 minutos, periodo en el que cada auxiliar debe dar de comer a 10 personas (casi todas necesitan ayuda). Esto significa que el trabajador dispone de sólo 4 minutos para cada residente, lo que el sindicato SAE considera de «vergonzoso». Igual sucede con el aseo matinal. Tienen nueve minutos por persona.

Otra queja son los materiales obsoletos. Sólo una de cada cinco camas es eléctrica cuando la mayoría de los residentes tienen movilidad reducida. Las grúas para levantar a los asistidos son muy viejas y las sábanas están rotas y con agujeros.

Desde la Consejería de Familia aseguran que aún no han recibido el escrito, pero que se reunirán con el sindicato para escuchar sus quejas. Además, recuerdan que el consejero ya prometió mejorar los equipamientos de las residencias.

Lo que pide el sae

Más personal: Para llegar al menos con el porcentaje que exige la ordenanza municipal, que ahora se incumple.

Más material: Está viejo.

Mejorar los contratos eventuales: Se contrata por un tercio de la jornada y no se les deja optar a mejoras de empleo. Si lo hacen, no les llaman más.

Evitar las agresiones: Hacer un protocolo que regule las visitas. (María Teresa Fernández, secret. provincial SAE)