El acusado de no socorrer a un anciano en una cacería alega que no le vio sangrar

  • Ocurrió en un coto de Yecla el pasado mes de octubre de 2004.
  • El acusado asegura que "no le vio ninguna lesión ni sangre".
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El acusado de no socorrer en octubre de 2004 a un anciano de 87 años que se encontraba malherido, como consecuencia de un accidente de caza ocurrido en un coto de Yecla, dijo hoy en la primera sesión del juicio ante un jurado popular que no le vió "ninguna lesión ni sangre".

Antonio S.A., vecino de Monóvar (Alicante), para quien el fiscal y la acusación particular piden doce meses de multa por un delito de omisión del deber de socorro y 4.000 euros de indemnización por daños morales, añadió que el día del suceso había ido a cazar al mismo coto en el que se encontraba el anciano, José María Díaz Soriano.

"De pronto, y cuando yo viajaba con mi furgoneta por un camino, me encontré de golpe con una persona que venía andando hacia mí y que me dijo solamente si lo podía llevar a Yecla", aseguró el acusado.

Viajaba con mi furgoneta y me encontré de golpe con una persona que venía andando hacia mí y que me dijo sólo si lo podía llevar a Yecla

Y añadió: "No me fijé si era anciano, porque me asusté al ver que le podía haber atropellado, pero nunca vi que se encontrara herido, porque tampoco me dijo que hubiera sufrido un accidente".

A mitad del interrogatorio, S.A. se negó a contestar a las preguntas de la fiscal y ni siquiera dio respuesta a la última cuestión planteada por ésta, que quería saber si se mostraba "arrepentido" de estos hechos.

A preguntas de su defensa, que solicita la absolución, manifestó que si le hubiera visto sangrando, le habría socorrido, pero que él no vió "ni que se hubiera hecho un torniquete ni que sangrara". El abogado duda de que el anciano sangrara abundantemente, ya que en el hospital de Yecla, donde fue operado, no se le tuvo que practicar ninguna transfusión.

Por su parte, la víctima, que acaba de cumplir 90 años de edad, dijo que el percance se produjo al resbalar y sufrir el impacto del disparo a quemarropa de su escopeta en el brazo izquierdo, tras lo que acertó a hacerse un torniquete y se acercó al camino con la esperanza de que alguien pasara por allí y pudiera auxiliarle.

Creía que me moría porque por aquella zona no suele transitar casi nadie pero pasó mi sobrino

Dijo también que al escuchar el ruido del coche del acusado le hizo el alto y le pidió que le acercara a Yecla, porque había tenido un accidente de caza, pero no le dijo "ni media" y "siguió su camino".

El anciano añadió que creía que se moría, porque por aquella zona no suele transitar casi nadie y comentó que "gracias" a que vió pasar por las inmediaciones a un sobrino suyo, le hizo señas y acudió en su auxilio, "y, poco después, -indicó- mi hijo".

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