Así pues, han propuesto elaborar un catálogo de los comercios con historia, "los más emblemáticos", para su protección y promoción con el objetivo de establecer incentivos fiscales que puedan evitar la desaparición, ha señalado en un comunicado.
"Cada vez que cierra un pequeño comercio como la pastelería Llull o el Forn des Teatre, Palma da un paso más para dejar de ser Palma y convertirse en una ciudad franquicia cualquiera", ha manifestado el portavoz del PI en la ciudad, Antoni Fuster.
Para la formación, los principales motivos por los que pequeños comercios no sobreviven son la presión fiscal, el precio del alquiler y la carencia de incentivos económicos, sobre todo en el centro.
Además, El PI ha reconocido que, por un lado, los propietarios de los negocios emblemáticos también tienen tanto a retirarse, traspasar y vender los negocios y sus infraestructuras pero los gobiernos "tienen que poder ayudar a los emprendedores que quieren coger el relevo para dar una continuidad a este tipo de negocios para evitar convertirse en una ciudad franquicia".
"Una ciudad con carácter tiene que conservar bien las tiendas, cafés y hornos que hacen que tenga personalidad propia", han añadido.
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