En el mundo del deporte de competición, a veces los padres de las jóvenes estrellas se muestran más expresivos que los propios deportistas... muy a pesar de estos. Es lo que le pasó a la patinadora kazaja Elizabet Tursynbaeva en los recientes mundiales de Helsinki.
Tras realizar una rutina muy buena, la patinadora aguardaba junto a su entrenador y a su madre la nota de los jueces. El problema es que la madre, sabedora del éxito de su hija, se mostró demasiado efusiva.
Primero, la chica le pidió a la madre que guardara el móvil. Después, tras varios gestos, se empeñó en darle un beso al entrenador, mientras Elizabet miraba al suelo avergonzada. El propio técnico le dijo algo a la chica acerca de su madre y finalmente, la pequeña tuvo que pedirle que se controlara. Tursynbaeva acabó tercera.
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