El trabajo de rehabilitación ha sido coordinado por la empresa Valentia Ars Magna, que ha aunado al grupo Noema y a dos miembros del Instituto de Restauración del Patrimonio de la Universitat Politécnica de València (UPV) para llevar a cabo la limpieza y una reproducción 3D de la obra. La presentación de los resultados se ha llevado a cabo este viernes en el monasterio coincidiendo con la celebración del 575 aniversario del Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de València (MICOF), fundado por la reina María de Castilla, motivo por el cual el Colegio ha promovido esta actuación.

Al acto han asistido el presidente de MICOF, Jaime Giner Martínez, la restauradora de Noema, Sofía Martínez Hurtado, los restauradores de la UPV Xavier Mas y Nicolás Didier, así como la representante de Valentia Ars Magna, Amparo Santonja Bon.

El sarcófago en piedra de la reina María de Castilla, esposa de Alfonso V El Magnánimo y tía de Isabel la Católica, representa la única tumba real ocupada en la Comunitat Valenciana y adquiere su singularidad por su especial construcción y acabado, atribuidos a Antoni Dalmau, a partir de numerosos elementos en común con otras obras firmadas por él como el retablo en alabastro de la capilla del Santo Cáliz de la Catedral de València. Según sus deseos, la reina fue sepultada en él vestida con el hábito de las hermanas Franciscanas Clarisas, propietarias actuales del monasterio, explican desde Valentia Ars Magna.

Para su recuperación, se ha llevado a cabo una restauración "centrada en devolver la dignidad al monumento a través de una limpieza minuciosa", ha afirmado la especialista Sofía Hurtado. Junto a otros tres técnicos ha pasado alrededor de cinco semanas trabajando sobre la piedra caliza de la que se compone la tumba. "Parece sencillo porque la obra es pequeña, pero realmente ha sido un proceso complejo", ha afirmado.

SISTEMA DE PINCHOS CONTRA LAS COTORRAS

Además de lidiar con el proceso de recuperación, en el que han utilizado material quirúrgico como bisturís para no dañar la superficie pétrea, se han enfrentado a un hecho inesperado: las defecaciones de las cotorras que se posan sobre el sarcófago y que han impregnado de ácido la piedra caliza, deshaciéndola y entorpeciendo la labor de los técnicos. "Las cotorras están haciendo muchísimo daño", ha declarado la restauradora.

"Tuvimos que inventar un sistema de pinchos con silicona neutra para evitar que se posasen encima", ha aseverado. A pesar de esto, tardaron un mes en disuadir a estas aves que tiraban los pinchos al suelo por "la fuerza que tienen en el pico".

Además del trabajo sobre la tumba, la recreación en tecnología 3D ha estado a cargo de Xavier Mas y Nicolás Didier, quienes, a través de un escáner láser con cuatro cámaras para triangular y captar el volumen y el color, han podido reproducir íntegramente su versión de lo que hubiera sido el sarcófago original. De este modo, los visitantes podrán ver junto a la tumba la imagen en 3D.

Esta reproducción no ha sido realizada con el objetivo final de intervenir en la obra ni de restaurar los faltantes, sino para proporcionar al visitante esta información visual. En primer lugar porque Mas y Didier no poseían ningún documento que les mostrase el aspecto original del sarcófago y han tenido que realizar una labor comparativa con otros elementos de índole simlilar para poder llevar a cabo la reconstrucción de la imagen.

En segundo lugar, porque la política de restauración ha sido "conservacionista". Hurtado ha explicado que si hubieran tocado algo no habrían respetado "los motivos reales por los que el sarcófago se encontraba en ese estado", "las tropas de Napoleón entraron y destrozaron la tumba como símbolo de victoria, si hubiéramos repuesto estos faltantes habríamos borrado una huella de la historia", ha añadido.

El claustro donde se encuentra el sarcófago fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1982 y Bien de Interés Cultural en 1983. A lo largo de la historia ha sido testigo de acontecimientos de gran relevancia y ha sufrido las consecuencias de la invasión napoléonica o

el desbordamiento del río Turia en 1957 que deterioró notablemente el convento, momento en el que se abrió el sepulcro por tercera vez en su historia para comprobar la presencia de los restos de la reina.

Además del sarcófago, existe una maqueta realizada en la década de los 80 por Carlos Martínez que muestra algunas de las características más reveladoras del monasterio durante los más de 500 años de historia que tiene este convento.

Por su parte, el presidente del MICOF, Jaime Giner Martínez, ha descrito de "incalculable valor histórico" a esta pieza y ha señalado que ha sido una ocasión para "dar a conocer la figura desconocida pero muy importante" de la reina María de Castilla.