Lo hizo a domicilio, en tierras navarras, en el campo del Tajonar y ante el Osasuna B. Y lo hizo por un 2-1 en un extraño partido que quedó visto para sentencia en 20 minutos, el tiempo en el que se marcaron los tres goles del encuentro.

Pero vamos al partido. Si algo había quedado claro en las últimas jornadas es que lo que mejor funciona en la escuadra palentina es la defensa, de ahí que Del Barrio apostara por algo nuevo de medio campo hacia delante: dejar en el banquillo a Asier Armendáriz y jugar con Rubén Pérez en el centro, dibujando un tribote con Otero y Alberto García.

Con ese planteamiento no es de extrañar que el Osasuna tomase la iniciativa. El equipo local dio muestras de tener un buen criterio para mover el balón pero no lograba llegar al área sólo acertaba a sacar algún disparo lejano.

Por primera vez en la temporada, el CF Palencia presionaba en todo el campo y durante unos minutos dio la sensación de ser inexpugnable e incluso hizo exclamar algún "¡huy!" al medio centenar de aficionados que se desplazaron a Pamplona.

Pero esa sensación se quebró cuando Juanes, y no Roiz como "tocaba", despejó mal un balón con el pie (flojo y al centro) y permitió a Jorge Rodríguez marcar un gol de esos que salen en los resúmenes de la semana.

Quizá si hubiesen estado otros jugadores en el campo el CF Palencia se hubiera venido abajo. Pero no. Empujados por un poderoso centro del campo, el conjunto morado no se dejó noquear por el gol del Osasuna.

No es nuevo decir que Nacho Calvillo se siente más cómodo cuando sabe que sus espaldas están cubiertas. En esos momento, muy escasos esta temporada, nace su descaro. Con esas cartas se plantó en el área local, cara a cara frente a Andrés. Muy mal lo tuvo que ver el capitán del Osasuna, Oier, que no encontró otra forma de pararle que derribándole. Penalti y roja.

Corral se encargó de transformar el penalti en el empate para el Palencia y, justo cuando los locales se mentalizaban de que debían afrontar el partido con un jugador menos Carlos logra superar a centrales y dispara a puerta un balón que el cancerbero local logra atajar pero no parar; el rechace, mortal de necesidad vuelve a los pies de Carlos que, esta vez sí, no perdona a puerta vacía.

En los dos minutos, entre el 35 y 37 de la primera parte, el CF Palencia había logrado dar la vuelta al marcador y se hallaba en una situación ventajosa para llevarse el partido.

Dice la máxima que el que no arriesga no gana. Enrique Martín, entrenador del Osasuna, quemó sus naves para llevarse el partido. Quitó fuerzas de la defensa y las metió en el centro del campo para intentar contrarrestar el poderío de los morados.

Nos quedaremos con las ganas de saber si el Palencia no quiso o no pudo matar el partido. Al comprobar que era capaz de parar las acometidas locales, decidió arriesgar poco y sacar provecho de los contragolpes.

Asensio, que luchó mucho en la banda, rozó el 1-3 pero Andrés firmó una buena intervención que seguía dando esperanza a los locales.

Pero no pasó nada más. El árbitro pitó el final y el CF Palencia sumó tres puntos que le apartan de la zona de peligro y le permiten encontrar ánimos de cara al encuentro de la semana que viene en la Nueva Balastera contra el Athletic B.

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