Pese a los vaticinios del cambio climático, la caída de las hojas más que retrasarse se ha ralentizado considerablemente. Los
árboles comienzan a despojarse de sus
hojas cuando toca pero lo hacen durante mucho más tiempo. «No ha empezado más tarde que otros años», señalan desde el servicio de Parques y Jardines de Oviedo. Eso sí, el año pasado «ya fue raro». Se echó en falta el aire de las castañas, ese viento cálido que sopla tras las
primeras heladas y «que nos ahorra mucho
trabajo». Es la situación ideal: las heladas secan las hojas y el
aire de las castañas (un viento típico de noviembre) tira casi todas en unos pocos días. «Se ponen
brigadas de refuerzo y hacemos el 80% del trabajo en dos días», señalan desde los responsables de los parques de la capital. En
Gijón, la cercanía del
mar facilita la caída de la hoja de manera más regular. Lo habitual en los parques asturianos es empezar a recoger las primeras hojas a finales de agosto. Las primeras en caer «son las de los
chopos, son las más blandas», dicen los expertos; las que más aguantan en las ramas son las de los plátanos». Pero todas caen. Las últimas lo harán a mediados de enero: «Es nuestro regalo de
Reyes», bromean los operarios de parques. En Oviedo, este año estrenan maquinaria, tras el relevo en el contrato de mantenimiento de Parques y Jardines. A los rastrillos y escobas, se unen barredoras por aire y palas. Todo para llenar cuatro
camiones de hoja a la semana, unos
40 en toda la
temporada. Y eso que sólo recogen la hoja de los parterres, la que cae en los caminos de los parques, como el de San Francisco, la recoge la empresa de la
limpieza para evitar caídas.
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