Se dio a conocer en medio mundo gracias a la serie Casi ángeles y de ahí se labró una carrera en el mundo de la música. Tras la salida a la venda de su segundo disco, Soy (Sony) inició en su argentina natal una gira que la está llevando por decenas de ciudades, incluidas Madrid (4 de abril. Teatro Nuevo Apolo) y en Barcelona (6 de abril. Sala Barts).

¿Qué vamos a ver en esta gira?

Esta gira la iniciamos en septiembre del año pasado en mi país, Argentina y es un tour en el que pude armar algo mucho más grande que mis shows anteriores. Es un espectáculo en el que tiene mucha importancia lo audiovisual, por lo que hay grandes pantallas una gran banda de músicos en directo, que le dan el doble de fuerza al hacerlo en vivo, bailarines, trajes... Buscamos la sorpresa y el impacto.

¿No le pesa la responsabilidad ser el centro de todo eso?

No, los artistas somos así, no nos da miedo nada (risas). Armé el show siendo muy consciente de lo que quería decir, al igual que en el disco, cuando escribes tus propias canciones al traducirlas para un show en vivo sabes exactamente lo que quieres que se vea.

¿Eso demuestra valor?

El montaje fue valiente, sobre todo para la escena local de Argentina, y sacarlo de viaje cuesta mucho para alguien que lo hace todo a fuerza y a pulmón como es mi caso. Me da ansiedad y alegría poder viajar con este show.

¿Cuál es el idioma de la gira?

El español.

Es un mercado muy amplio...

Sí, no sólo en términos de mercado, que es importante en este trabajo, si no también algo muy importante que es cantar en mi idoma, defenderlo y sentir que es importante.

 Intentaba romper moldes con estilo ¿no es así?

Cuando empecé con mi música, con un disco que se llamaba A Bailar, se lo enseñaba a la gente y me decían, "¿pero esto aquí...?" dudando, como si fuera algo loco, porque el sonido, la música, tenía una intención anglosajona, universal, un pop mezclado con muchos estilos como el hip-hop, la música eletrónica o el rock y parecía un poco extravagante. Y con el tiempo y con este segundo disco (Soy) se vio lo que quería hacer, el estilo musical que quería, pero siempre en mi idioma. Fue un acto valiente, si se quiere, de mis productores y mío y dio buen resultado.

Es salirse de lo electro-latino, que tan de moda está...

Sí, o la música urbana, que también se viraliza mucho... eso no deja mucho sitio a otros estilos musicales, pero no son un traba. Está bien buscar ser personal, buscar cosas que nos hagan crecer, algo que pueda sonar pero sin perder tu estilo, que es lo más importante.

¿Le queda ocio con una gira así?

Sí, claro, lo busco y me lo encuentro, aunque cueste. Para mi es muy importante los ratos con la familia, o los amigos o la pareja cuando uno está viajando mucho... es un trabajo difícil que requiere mucha atención, pero a la vez es un privilegio.

¿Esa familia y amigos son los que ayudan a mantener los pies en el suelo?

Sí, yo no me permitiría moverme de ahí. Me sentiría muy mal conmigo. Los que te conocen de siempre no pierden de vista que a pesar de tu profesión no dejas de ser su hermana, su amiga, tía, sobrina... ellos siempre están conectados con tu lado más real.

Millones de seguidores, decenas de premios...

Para mí es un error medir el éxito con tu capacidad de evolución como artista. A pesar de lo que consigas no puedes dejar de evolucionar como persona. Tuve la suerte de conocer a artistas muy grandes, de compartir escenario o una conversación con ellos y es ahí donde te das cuenta cuántas cosas tontas e inventadas hay alrededor de la fama. Obviamente hay cosas que te cambian de tu cotidianeidad, pero eso es todo.

¿Algún ejemplo?

Conocí a Ricky Martin y siendo quien es ves su calidad humana apenas le saludas y la de su equipo y de quien le rodea. Y te das cuenta de que se puede ser un número uno, una persona muy exitosa y seguir siendo un buen ser humano, un buen compañero.

¿Donde tiene los discos de oro y los premios?

Repartidos. Algunos están en casa de mis padres, que dicen que les emociona mirar el cuadrito (risas) y algunos en el estudio donde trabajo, en Buenos Aires, donde trabajo con todo mi equipo, porque esos premios son también de ellos, que me ayudan a hacer mi música.

¿La fama tiene un lado oscuro?

Yo lo llevo bien porque ando relajada. No hago un personaje en la música hago cosas que me definen como ser social pensante y cuando salgo la gente es muy amorosa. Cuando la gente te ve genuino y relajado la gente te responde así, con cariño. Hay muy buena onda con todo el mundo. Es verdad que a veces te cambian un poco la vida por cuestiones de seguridad y cuestiones lógicas.

¿Por qué Lali?

Me llaman así casi desde que nací. Me llamo Mariana y mis hermanos me llamaban Maru, Mari, todos los diminutivos y mi hermano Patricio que me lleva nada más que 13 meses no le salía decirme Mari, porque era un bebito y me llamaba Lali y se quedó, así que ya nunca nadie me llamó Mariana.

 ¿Tiene algún truco o superstición antes de actuar?

No y no me gustan, ni los comparto. No hago nada de cábala, porque después sale algo mal y es fácil echarle la culpa a eso (risas). Prefiero ser objetiva con mi trabajo y la del equipo.

Ha colaborado en campañas contra el bullying ¿tuvo malas experiencias con eso?

Yo no, por fortuna, pero sí que lo veo a mi alrededor, en la escuela, en la vida y lo veo en las redes sociales, que tienen un lado A, que es como el luminoso y el genial, pero tienen un lado B, que es el de la crítica y el poder decirle a otro cualquier cosa porque eres anónimo y no te van a ir a buscar a otro país... todas esas cuestiones las percibo y de hecho en mi disco hay una canción que cierra el disco, que se llama Reina y la letra viene de haber puesto la televisión en mi casa y en una semana entera no haber visto más que noticias en las que se hablaba de algún joven que estaba sufriendo acoso.

¿Qué le inspiró?

En particular me impactó el caso de una chica a la que le habían lastimado la cara en un colegio sólo por ser bonita y el de un chico que se había suididado porque le molestaban sus compañeros en el colegio y cuando me senté a escribir esa canción fue eso lo que me salió. Buscaba fortalecer, que no se olvide el hecho de lo formidables que somos todos por más hormiguitas que nos podamos sentir en este mundo tan grande, invasivo y extremo.

¿Qué es lo más satisfactorio que tiene su profesión?

El hecho de tener la posibilidad de transmitir con la música, que es el lenguaje más universal que hay, que alguien se emocione con tu música, o una letra o una actuación.

Tiene millones de seguidores en redes sociales ¿cómo gestiona eso?

Trato de estar conectada y trabajo mucho con las redes sociales y las uso mucho para contar lo que hago. Mis redes las manejo yo así que no tengo notificaciones para no volverme loca y tener una vida fuera de las redes sociales, pero estoy pendiente de lo que sucede.

¿Los fans aún envían cartas?

Sí y me encanta recibir cartas manuscritas, porque son de gran valor. Me llegan muchas.

BIO: Mariana Espósito nació en Argentina, en 1991. Ha hecho ya ocho series, cinco películas y ocho obras de teatro, y ha ganado decenas de premios en varios países. Formó parte de la banda pop adolescente Teen Angels (por la serie Casi Ángeles) y en 2013 debutó en solitario con A bailar.