Según el relato del fiscal, los hechos ocurrieron en mayo de 2016 cuando el hombre situó a la niña fuera de la visión del resto de personas que se encontraban en el arenal, detrás de unas rocas.

Una vez apartada, se puso delante de ella con los brazos en cruz para evitar que se fuera y, con el pretexto de que le iba a enseñar un pez, le realizó tocamientos en genitales con el ánimo de satisfacer sus deseos sexuales.

El fiscal califica estos hechos como un delito de abusos sexuales por el que le reclama una condena de tres años de cárcel, alejamiento de la menor por tiempo superior a dos años a la pena de prisión impuesta, y medida de libertad vigilada durante los cinco años posteriores a su salida de la cárcel.

Además, el Ministerio Público también solicita que se obligue al acusado a participar en programas formativos de educación sexual.

La defensa del procesado, que estuvo un mes en prisión provisional tras los hechos, pide la libre absolución al considerar no es responsable de ningún hecho delictivo.