Horario

No hace falta ser científico ni experto para asegurar que el cambio de horario de octubre y marzo no sirve de nada. No ahorra energía, que se derrocha por otras muchas causas y genera trastornos en el sueño y en el descanso de miles de personas absurdamente. Esta solución que empezó a aplicarse en Europa en los tiempos de Primera Guerra Mundial para ahorrar carbón, que era el principal combustible entonces, carece de sentido ahora.

En España el cambio es más reciente, data de 1974 como consecuencia de la primera crisis del petróleo. Los ecologistas sostienen que el supuesto 5% de ahorro energético que genera se supliría de sobra con la distribución masiva de bombillas de bajo consumo. Sería bastante más eficaz. La medida, que ahora está respaldada por una directiva de Bruselas, carece por completo de estudios serios. Y más en España que es el único país de Europa que lleva una hora de adelanto sobre el sol en invierno –ahora– y dos en verano. Una barbaridad que en Asturias se nota más porque estamos muy al oeste del meridiano de Greenwich y por tanto anoche mas tarde.

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