Todo está oscuro y apenas se ve gracias a una tenue luz ultravioleta. Es un laberinto estrecho, con una larga ventana tras la cual el glamour y la belleza permanecen ajenos al mundo de cables y cámaras que los rodea.

20 minutos se coló en la cruz de cámaras del programa Supermodelo 2007 (Cuatro, lunes a las 22.00 h); o lo que es lo mismo, en las galerías desde las que se graba todo.

Supermodelo 2007 encara su recta final, con tan sólo ocho chicas dentro del centro de formación, que en el momento de la visita reciben lecciones de interpretación, imitando a una fan despreciada por su ídolo.

Los responsables del programa hacen balance. La presentadora, Judith Mascó, este año está disfrutando de lo lindo. "El año pasado estaba aprendiendo, pero éste me implico más emocionalmente", dice. Cristina Rodríguez, la directora del centro, explica que en esta edición se ha aumentado el número de chicas y de semanas, por lo que "nos dejamos las horas de sueño, pero también el corazón".

Profesores con mucho ‘glamour’

Valerio Pino, el profesor de pasarela, se presenta en la academia con una falda escocesa y botas altas. Emmanuel Rouzic, el fotógrafo del programa, prefiere una indumentaria más normal y menos indiscreta. Unos vaqueros y una camiseta a rayas bastan. La directora, Cristina Rodríguez, se mantiene fiel a su estilo y sorprende a los presentes con un vestido metálico, ceñido a la cintura con un corpiño negro.

Paula, la última en irse

Pese a ser una de las favoritas de los profesores, el público decidió que Paula abandonara la academia en la última gala.

Su reacción: "No me lo esperaba y mis compañeras tampoco, y eso me gusta, porque sé que confiaban en mí y que me quieren", explicó ayer la modelo.

El futuro: "Quiero seguir en este mundo", aseguraba la joven, que además pretende empezar los estudios de trabajo social y los de interpretación.