Susana habla de Javier

Es pintoresco, un poco friki, extrovertido e ingenioso.

Lo pasa bien de cervezas con los colegas, leyendo un libro, descubriendo cosas nuevas y con lo relativo a los hackers.

En estos años ha cambiado: se ha vuelto más tranquilo, más sociable y más bueno. Ahora es incapaz de ser malo, antes era un poco ‘mal bicho’.

Tiene una santa paciencia y le cuesta alterarse.

Me río al recordarlo actuando con mallas. Fue en El sí de las niñas.

Le cuesta hablar en serio.

Javier habla de Susana

Es divertida. Tiene un sentido del humor ácido e inteligente.

Le gusta mucho ir al teatro y mantener largas conversaciones. Hoy hemos estado  caminando y hablando.

La Susana  de hace 11 años era demasiado infantil. Yo salía de la adolescencia y ella estaba en la preadolescencia. La diferencia de edad se notaba.

Con ella lo veo todo menos cuadriculado.

Cuando pienso en ella me sale una sonrisa. Su sonrisa es eterna.

Confía demasiado en la gente.

Son de Barcelona y pasan unos días en Madrid. Se conocieron hace 11 años haciendo teatro, perdieron el contacto, pero se han reencontrado. Ahora se ven más parecidos. «Nuestros gustos son diferentes, pero tenemos un nexo. Seguramente sea el sentido del humor, aparte de la amistad», dice Javier.