Según ha informado Subdelegación del Gobierno, este sábado se montó un dispositivo policial tras conocerse que en un hotel de la capital palentina se hospedaban tres personas con antecedentes policiales, por hechos similares ocurridos en Burgos, y por los que se han instruido también diligencias en su Comisaría de Policía Nacional.
De hecho, uno de los tres varones había sido detenido el pasado día 23 -sólo dos días antes de la operación en Palencia- tras intentar comprar el Rivotril en una farmacia con una de las recetas falsificadas.
En Palencia, se les han intervenido un centenar de recetas falsificadas, idénticas a las encontradas en Burgos. Además, se han intervenido varias cajas de dicho medicamento (unos 1.380 comprimidos) repartidas en bolsas de establecimientos farmacéuticos de la capital burgalesa y Aranda de Duero, y se ha comprobado que al menos en una farmacia de la capital palentina también se dispensó Rivotril 2mg (Clonazepam) una de las recetas presuntamente falsa.
Asimismo, el vehículo en el que fueron encontrados los efectos del delito, en un cajón oculto bajo la alfombrilla y cuyas llaves no se encontraron en poder de los detenidos, sino ocultas para que no se pudiera localizar el coche en caso de intervención policial ha sido intervenido.
Los detenidos, que quedaron en libertad con cargos tras ser puestos a disposición judicial, tienen en su haber varios antecedentes policiales por hechos delictivos contra la propiedad y la salud pública en diferentes puntos de España.
NEGOCIO LUCRATIVO
El 'Rivotril 2mg.' es un medicamento que tiene como ingrediente activo el clonazepam, perteneciente al grupo de las benzodiacepinas, utilizadas estas como ansiolíticos y anticonvulsivos, por lo que precisa de prescripción médica obligatoria mediante receta para su dispensación.
Según señala la Policía en un comunicado de prensa, el reciente incremento de la obtención fraudulenta del Rivotril para desviarlo al mercado ilícito para uso bien lúdico, bien como sustancia para mezclar con estupefacientes o psicotrópicas para potenciar su efecto, bien como calmante por parte de drogodependientes, supone un negocio "muy lucrativo", ya que el coste es muy bajo (2,70 euros la caja de 60 comprimidos) y en el mercado ilícito cada comprimido costaría entre 4 y 5 euros, con lo que el montante en el mercado ilícito de lo intervenido oscilaría entre los 5.500 y 6.900 euros.
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