Los vecinos del pueblo de Cuyences están metidos en un nudo, el de la autopista AS-II. Hasta mayo, cuando se abrió la autovía, podían cruzar hasta La Corredoria por el puente sobre la vía, ya que ésta era una carretera convencional.

En La Corredoria, a apenas 200 metros, tienen todos los servicios: médico, farmacia, supermercado y los colegios. Ahora, cada vez que cruzan por el puente, se exponen a una multa, ya que los peatones tienen prohibido circular por las vías de alta capacidad.

Una multa o algo más, ya que para usar el antiguo puente como enlace de la autovía se suprimieron las aceras y existe riesgo de atropello. Claro que «si les atropella un coche, tendrán muy difícil cobrar una indemnización», dice Ramón Sareses, corredor de seguros. El atropellado sería a su vez infractor.

Con la puesta en marcha de la autovía AS-II, que une Oviedo con Gijón, los vecinos de la localidad, «al no habilitarse ningún acceso peatonal para comunicarse con La Corredoria, tienen que caminar por el borde de la glorieta, cruzar los carriles de aceleración y deceleración y caminar por un tramo de carretera que ni siquiera tiene arcén», denuncia el concejal de la Asamblea de Ciudadanos por la Izquierda, Roberto Sánchez Ramos.

Antes de la construcción de la autovía, los vecinos contaban con un pequeño puente con aceras que unía la zona sur de la ladera del Naranco con el populoso barrio de La Corredoria, con 15.000 habitantes.

Sin respuesta del Principado

El proyecto de la autovía a su paso entre Cuyences y La Corredoria incluía la construcción de una pasarela peatonal que nunca llegó a construirse. La vía se inauguró cinco días antes de las elecciones locales y regionales de mayo sin que nadie llamase la atención sobre el problema que se estaba generando. Sólo en agosto, tras recibir quejas de los vecinos, el Ayuntamiento remitió un escrito al Principado pidiendo la construcción del puente peatonal entre ambas márgenes de la autopista recién inaugurada. No hubo respuesta.