La clase de los 10.000 alumnos

La Secretaría de Estado de Servicios Sociales, Familia y Discapacidad trabajará, junto con la Secretaría de Estado de Universidades y el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), para desarrollar un plan que facilite el acceso a muchas personas, en pleno siglo xxi, a un aula universitaria.
Aunque no hay ningún estudio específico a este respecto, a partir de información del Instituto Nacional de Estadística, el Cermi ha cifrado los estudiantes universitarios con discapacidad en, aproximadamente, un 0,6% del total, es decir, unas 10.000 personas, para las que el simple hecho de rellenar una matrícula o de moverse por la universidad no deja de ser una aventura.
 
Aprender del pasado
 
En 1995, la Universidad Complutense de Madrid y la ONCE firmaron un convenio de colaboración de similares características. En vista de los pocos logros conseguidos, el Gobierno y el Cermi toman ahora cartas en el asunto y anuncian la finalización para este año de un libro blanco que identifique los problemas específicos que surgen en este terreno, aunque no sabemos si volverá a quedar en papel mojado.
 
El Cermi pide que todas las universidades dispongan de un programa de atención a los alumnos discapacitados, ampliando la acción voluntaria que algunas personas y organizaciones han realizado hasta la fecha en diversos campus.
 
El programa implicará ofrecer materiales didácticos en los formatos accesibles según cada limitación, contar con intérpretes de lengua de signos y asistentes personales para ayudar a este colectivo de estudiantes y adaptar puestos de estudio.
 
Para el 0,6% de los estudiantes universitarios, rellenar una matrícula o moverse por la universidad es una aventura
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