Y es que tras un "prolongado periodo de moderación, los precios repuntan en el mes de diciembre muy por encima de la revalorización de las pensiones (0,25%) y del incremento medio salarial (1,06%), profundizando la pérdida de poder adquisitivo de pensionistas y trabajadores".

UGT considera que 2017 "tiene que traer consigo la derogación de la reforma de las pensiones que, un año más, condena a nuestros pensionistas a perder dinero". Del mismo modo, cree que "se queda muy corta la subida de un salario mínimo interprofesional que no alcanza aún el 60 por ciento del salario medio como está comprometido en la Carta Social Europea".

Igualmente, cree que "no se puede seguir manteniendo congelado el IPREM (lo está desde 2010) que es un indicador con el que se calculan muchas prestaciones sociales que están también perdiendo valor real", según informaron fuentes del sindicato en un comunicado.

En la negociación colectiva, UGT cree que los salarios "tienen que cobrar protagonismo, y así lo estamos planteando a nivel confederal para que el nuevo AENC incluya suelos mínimos de incremento salarial que les haga recuperar el poder adquisitivo perdido y allane el camino para lograr trasladar esos incrementos a la negociación colectiva en niveles inferiores".

En la Región de Murcia, recuerda que casi el 40 por ciento de los asalariados declaran remuneraciones por debajo del salario mínimo interprofesional mientras que la mitad de los parados "no tienen ninguna prestación y nuestros pensionistas, tienen las terceras pensiones más bajas del país".

"Ya es hora de que los trabajadores, sus familias, (y no sólo los beneficios empresariales) empiecen a participar de la recuperación económica, y para ello es imprescindible lograr una mejora real de sus remuneraciones y de sus condiciones de trabajo", según UGT.

De lo contrario, advierte que "corremos el riesgo, además, de asentar la recuperación sobre unas bases frágiles, porque no sólo no es justo, tampoco es sostenible un crecimiento que deja fuera a la mayoría de la población".

"Los primeros indicios de freno que ya hemos advertido en cuanto a empleo y crecimiento deberían servir a las administraciones públicas y a los empresarios para repensar su estrategia de rentas, y sobre todo, el modelo de desarrollo que están favoreciendo, basado en bajos salarios y actividades de bajo valor añadido, con el que estamos pretendiendo erróneamente ser más competitivos y productivos en un mundo globalizado como el nuestro", subraya.