El acusado de asesinar a su pareja con una mancuerna sintió "un impulso irrefrenable"

  • El acusado de asesinar su pareja con una mancuerna en su piso de la calle General Zuvillaga de Oviedo en noviembre de 2015, Jorge Portillo Vega, ha reconocido este jueves que dio muerto a la mujer y que lo hizo tras haber consumido una importante cantidad de alcohol, antes de llegar a la vivienda y una vez en la misma en compañía de la víctima. Su defensa ha atribuido los hechos a "un impulso irrefrenable" tras sentirse "acorralado" por la situación económica.
Asesino calle General Zuvillaga, Oviedo, violencia de género
Asesino calle General Zuvillaga, Oviedo, violencia de género
EUROPA PRESS
Asesino calle General Zuvillaga, Oviedo, violencia de género

Jorge P. V., que únicamente ha respondido a las preguntas de su abogada, María López-Castro, ha manifestado que la relación que mantenía con la fallecida era "una relación de pareja de dos personas que estaban enamoradas, una relación fluida, en la que si había alguna discusión por temas económicos pero sin altercados".

Así mismo ha reconocido que "la engañaba" respecto a su situación económica y ha descrito a la víctima como una mujer con una "personalidad fuerte y una persona muy ansiosa". Dijo además que de "manera habitual consumían juntos alcohol".

El acusado, de 52 años, que ha indicado tener "un problema con el alcohol" ha indicado ante la presidenta de la Sección Segunda, Covadonga Vázquez, que ha estado interno varias veces en centros de

salud mental debido a sus problemas psiquiátricos y ha negado cualquier problema sentimental con la asesinada.

Así, a preguntas de su abogada ha manifestado que la víctima "nunca" le dijo que quisiese dejar su relación. Ha relatado que a ella le gustaba mucho estar en casa y era él quien la convencía para salir a la calle juntos porque "no hacían mucha vida social por la calle".

Dijo además que la víctima tomaba Lorazepal ya que le había sido diagnosticado un "problema muy grave de ansiedad por el cual le dieron una incapacidad laboral absoluta".

También ha definido como "muy buena" la relación que mantenía con el hijo de la víctima y ha indicado que si había algún altercado el mismo era solucionado por su madre. Añadió que fue ella quien le ayudó económicamente durante un año.

ENTREGA VOLUNTARIA

Ha manifestado que tras los hechos dejó una carta en la vivienda y otra en el buzón junto a las llaves confesando lo ocurrido y que después de manera voluntaria se entregó en la comisaría de Policía de Gijón. "Les dije que había matado a Isabel y ellos se quedaron perpejlos. No sabían nada. Llamaron a la Comisaría de Oviedo para comprobarlo", dijo.

J.P.V. Se enfrenta a un delito de asesinato por lo que se pide para él 25 años de prisión y 10 más de libertad vigilada. La vista oral que arrancó este jueves en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial se celebra ante un Tribunal con Jurado.

En su escrito de defensa, la letrada María López Castro, atribuye el acto a un "impulso irrefrenable" tras sentirse "acorralado" por la situación económica que vivía. Ha indicado además que el acusado "dio golpes certeros" a su pareja para que sufriese lo menos posible ya que consideraba que la víctima, por su carácter, no iba a poder soportar la situación económica a la que la había llevado.

Aseegura la defensa que el acusado padece un trastorno psiquitrico de personalidad que tratará de acreditar durante el juicio y padeció varios ingresos en centros psiquiátricos e intentos de suicidios, algo que su pareja conocía. Insiste además en que el día de los hechos, Jorge P.V. había consumido gran cantidad de alcohol que mermaban su capacidad cognitiva.

FISCALÍA Y ACUSACIÓN

Por su parte la acusación particular ejercida por María Eugenia Prendes, en representación del hijo de la víctima ha acusado a Jorge P.V. de "matar a su pareja por la espalda en su casa e el dormitorio al que la atrajo con engaño". "Mató y asesinó a

su pareja con repetidos golpes para que sufriera. Nada de la planificación concuerda con haber sentido un impulso irrefrenable, más al contrario controlaba todo lo que hacía".

La acusación popular ejercida por María Martín de Abogadas por la Igualdad ha explicado al jurado que los hechos "se producen con alevosía porque la víctima no tenía posibilidad defensa". Además ha indicado que pedirán el agravante de género ya que tratarán de demostrar que "había una situación de dominación sobre la víctima que dependía del agresor, que la fue aislando de todos su entorno incluso de su hijo para poder vivir a su costa

ESCRITO DE FISCALÍA

Según la Fiscalía el acusado mantenía una relación de pareja con la víctima desde noviembre del año 2011. Ambos convivían en el piso que ella tenía alquilado. El Ministerio Fiscal sostiene que, desde el principio de la relación, el acusado, que carecía de medios de vida, trató de aparentar ante la víctima una situación económica desahogada, llegando a fingir incluso que trabajaba, o bien decía que estaba a la espera de cobrar importantes sumas de dinero o que tenía pendientes diversas cuestiones financieras a punto de resolver a su favor.

Así, esta no sería la primera vez que el acusado actuaba así ya que según el escrito de fiscal y acusación popular y particular ya habría actuado así con anteriores parejas. La mujer aceptaba estas explicaciones de buena fe, dada la situación de dependencia afectiva en la que se encontraba, y sufragaba todos los gastos de su pareja.

La víctima atendía a todas las peticiones del acusado endeudándose cada vez más y pidiendo nuevos préstamos al banco, siempre en la creencia de que el acusado estaba a punto de arreglar su economía. La situación llegó al extremo de que les cortaron el suministro de luz de la vivienda, si bien el acusado se las arregló para hacer ver a la mujer que había una avería.

El fiscal sostiene además que, imponiendo siempre su criterio y opinión, el acusado trataba de moldear a la víctima a su gusto, aislándola y alejándola de su círculo de amigos más cercanos, incluso de su único hijo, no permitiendo la comunicación entre ellos, logrando que éste dejase de vivir en la casa de su madre.

En estas circunstancias, entre las 14.30 y las 15.00 horas del día 5 de noviembre de 2015, el acusado, decidido a acabar con la vida de su pareja, y cuando ambos se encontraban en la vivienda que compartían, la llamó para que fuera al dormitorio con el pretexto de mostrarle una fuga de agua. En el momento en que ella se arrodilló sobre la cama para observarla, sin mediar palabra y aprovechando que la mujer estaba desprevenida y totalmente indefensa, el acusado cogió una barra de una mancuerna metálica de unos 30 centímetros de largo que guardaba bajo la cama y, por la espalda, la golpeó con ella en la cabeza repetidas veces, hasta en cinco veces, par causarle la muerte.

La vista oral continuará el próximo lunes día 16 a las 10.00 en la Sección Segunda de la Audiencia provincial.

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