La artesanía, según sostiene el sociólogo incisivo Richard Sennett, es "el deseo de realizar bien una tarea, sin más, solo por hacerla bien". En el ensayo de referencia El artesano (2009), analiza la artesanía desde un punto de vista humanista y la califica de una síntesis de "cultura material" y "conocimiento tácito" de la que surge un valioso "capital social", dado que el conocimiento y las habilidades artesanas se acumulan y transmiten a través de la interacción entre las personas.

Frente a esta idea surge un peligro en crecimiento: la apropiación de los términos artesano y hecho a mano por las empresas dedicadas a la fabricación —por supuesto, industrial— de productos de lujo. El boom de la mercadotecnia de lo falsamente artesanal —desde una joya prohibitiva hasta un traje de alto diseño— olvida que la motivación básica del artesano, sea un alfarero, un soplador de vidrio, un zapatero o un programador de Linux, es lograr un trabajo bien hecho por la simple satisfacción de conseguirlo.

"Ya en el siglo XVIII era evidente que los objetos hechos a máquina podían ser programados para que parecieran hechos a mano al modo tradicional", dice Sennett al advertir la estrategia de los falsos artesanos que inundan el mercado global: fabricar un producto con medios industriales y, solamente al final del proceso, añadir un toque que consienta que sean comercializados como únicos, según señala el artículo Artesanía y Consultoría: mi lectura de Sennett, de Amalio E. Rey.

La exposición handWERK. Tradiertes Können in der digitalen Welt (Hecho a mano: habilidades tradicionales en la era digital) invita a reflexionar sobre el valor de la artesanía como parte de la cultura y la identidad y toma partido por los artesanos que aspiran a un trabajo bien hecho por la simple satisfacción de conseguirlo y que son condenados a la ruina o al menos la dificultad de poder vivir de sus creaciones frente a la invasiva y engañosa estrategia de márquetin de las grandes empresas.

Hacen el trabajo pero solo merecen el desprecio Organizada por el Museo de Artes Aplicadas de Viena (MAK) y en cartel hasta el 9 de abril, la muestra acude como introducción a una de las 72.000 definiciones de la Enciclopedia del ilustrado Diderot: "El poeta, el filósofo, el orador, el ministro, el soldado, el héroe correrían desnudos sin pan para comer si no fuera por los artesanos que hacen a sus espaldas el trabajo pero solo merecen el desprecio".

Aunque todas las labores de los gremios de artesanos fueron objeto de un "extraordinario respeto" hasta el comienzo del siglo XX, añaden desde la pinacoteca, la revolución industrial provocó el comienzo de una honda "crisis fundamental de la artesanía".

La exposición, dividida en cinco apartados en los que es muestran varios centenares de objetos,  ilustran el estatus social de la artesanía a lo largo de los últimos seis siglos. Bajo el título Perspectivas presenta iniciativas europeas que abren nuevas oportunidades de diálogo entre la artesanía y el diseño en el ámbito del aprendizaje y la comercialización. Se incluyen el Crafts Council, que promueve el trabajo de los artesanos británicos, el Werkraum Bregenzerwald austriaco, el Compagnons du Devoir francés —que ofrece financiación para viajes de formación en el extranjero— y el sistema de academias de enseñanza para jóvenes de Alemania y Suiza.

En Materiales y Herramientas se presentan 99 utensilios de trabajo históricos. Se trata de piezas únicas de los siglos XVI y XVII que van de los punzones de zapatero, los aceros de afilar o las cuchillas para cosechar uvas, a alicates y martillos de orfebrería. En la sección los visitantes pueden practicar ellos mismos con instrumentos actuales y bajo la supervisión de artesanos en áreas como la manipulación de tejidos, cuero, madera, metal y cerámica.

Papeles pintados, azulejos, alfombras, ropa, sombreros, guantes, vasos, cubiertos y vajilla La exposición ofrece también la posibilidad de participar en los veinte talleres prácticos gratuitos impartidos por artesanos austriacos zapateros, tapiceros, molineros, tejedores, carpinteros y ceramistas, y concluye con un tramo final, Calidad y excelencia, que muestra productos contemporáneos de 18 países europeos. Participan en esta sección 160 artesanos que exponen muebles, papeles pintados, azulejos, alfombras, ropa, sombreros, guantes, vasos, cubiertos y vajilla.