"Uno se siente parte de muy poca gente, tu país son tus amigos, y eso sí se extraña". Las grandes verdades se anclan en el imaginario colectivo y lo que Federico Luppi le dijo a Juan Diego Botto en Martín Hache es ya parte de la historia del cine. Noemí López Trujillo y Estefanía S. Vasconcellos hablan de todo eso en Volveremos, Memoria oral de los que se fueron durante la crisis (Libros del K.O., 164 págs).

En plenas fiestas hay españoles para los que los abrazos, besos y gestos de cariño quedan reducidos a la imagen de sus seres queridos retransmitida por Skype. El paro y la precariedad laboral han forzado a jóvenes, y no tan jóvenes, a buscar un futuro mejor fuera de nuestras fronteras.

Volveremos no es solo una crónica contada con las voces de algunos de los españoles que han tenido que emigrar, es un alegato de aquellos que se fueron y que tras vivir duras experiencias declaran su firme intención de regresar.

Los relatos que lo conforman pretenden elevar su voz sin llegar al victimismo. Además, no son solo los que se van los que sufren. También están los padres y madres que se quedan en el aeropuerto para despedir a sus hijos. Carlos y María forman parte de este grupo que, ya no se resigna, y ha decidido contar su historia en Volveremos.

Otros, como Laura o Peter, son tan jóvenes que aún es demasiado pronto como para plantearse formar una familia. Por eso, quizás es más fácil para ellos armar las maletas y poner rumbo a cualquier destino con posibilidad de supervivencia.

Sin embargo, a algunos como Ernesto o Soraya la crisis les ha pillado con hijos de por medio. Las dudas y los quebraderos de cabeza son bien distintos, porque dar de comer a un hijo pesa más que cualquier impulso aventurero.