La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, considera probado que en fecha no determinada, pero antes de la mañana del 14 de agosto de 2013, el acusado, después de que su esposa le hubiera anunciado que quería separarse, puso sosa cáustica en los bolsillos posteriores de un pantalón vaquero.
La víctima se puso esos pantalones esa mañana y se marchó de casa, junto con su hija pequeña, con la intención de tomar un café con unas amigas.
Al llegar al bar, empezó a sentir calor y picazón en la parte superior de las piernas y glúteos y le quemaban, por lo que se marchó a su casa, donde se quitó los pantalones, se lavó y llamó por teléfono a su madre llorando y diciéndole que le había quemado.
Su madre le dijo que se fuera a su casa, a lo que la mujer accedió, no sin antes maquillarse ya que también iba a ir a Urgencias del Hospital.
Entre los cosméticos que utilizó se encontraba la
referida barra de labios con la que ésta se los pintaba, por lo que nada más ponerse el carmín, empezó a escocerle, tras lo que se lavó los labios inmediatamente, aunque se le cayó la piel superficial.
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