Juan ha cuidado todos los detalles en la decoración de este ático situado en el barrio madrileño de Argüelles. Tras realizar una reforma total hace dos años, su principal inspiración han sido los colores alegres y la amplitud de las estancias diáfanas.

El espacio de la vivienda está delimitado por el salón-comedor, una estancia dominada por el color blanco de las paredes y el rojo intenso del sofá. Se trata de un espacio minimalista que contrasta con la calidez que aporta el uso de la madera en los suelos y el conjunto de mesa y sillas de la zona del comedor.

Un estilo personal

En esta estancia también destaca la presencia de una gran librería de obra, que ocupa todo un frontal, y un cuadro de estilo pop y gran formato. Este elemento, junto con las figuras de estilo étnico distribuidas por todo el salón, dota a todo el conjunto de una gran personalidad.

La cocina también es un espacio de contrastes, donde el rojo intenso se mezcla con la claridad del blanco y la frialdad del metal del mobiliario, de inspiración industrial. La decoración sigue aquí una línea muy natural: elementos como los tarros de arroz, pasta y legumbres, los frascos de especias o las plantas aromáticas –como la albahaca o el tomillo– ocupan un lugar destacado.

El naranja es el color del dormitorio principal y está presente en distintos tonos, en las paredes y la ropa de cama. Los elementos metálicos y las líneas limpias le dan su toque de modernidad. Cierra la casa una impresionante terraza de 40 m2 con vistas a los tejados del centro de la ciudad.