El trazado de la variante de Salas de los Infantes, inaugurado ayer tiene una longitud de 3,5 kilómetros y discurre por la carretera N-234 que es la conexión básica entre las ciudades de Soria y Burgos.

Los puntos más conflictivos de la carretera eran las travesías de las poblaciones que se encuentran a su paso. Principalmente la de la localidad de Salas, que estaba atravesada por la carretera, lo que aportaba como objeto del proyecto la supresión de la misma.

Según indicaron fuentes ministeriales, la travesía suponía un freno importante para el flujo del tráfico, pues además de tener una longitud próxima a tres kilómetros de zona urbana y flanqueada por edificaciones, contaba con dos puntos muy angostos con curvas cerradas que planteaban grandes dificultades al tránsito de camiones o vehículos de dimensiones mayores que los turismos.

Por otra parte, la travesía cuenta con dos intersecciones con carreteras autonómicas, la BU-825 hacia Castrovido y la Sierra de la Demanda y la CL-117, que conduce a la provincia de Soria por la denominada Zona de Pinares, con una importante industria maderera que influye notablemente en la intensidad del tráfico pesado. A estas intersecciones hay que añadir la problemática planteada por el puente sobre el río Arlanza en el que el desprendimiento de una piedra de uno de los arcos ha motivado que los vehículos tengan que pasar de forma alternativa.

Un proyecto antiguo

Las conexiones de la nueva carretera con la actual se realizan en los dos extremos de la obra, con una intersección con sus correspondientes carriles de aceleración, deceleración y centrales de giro, en el inicio de la misma. Además, se ha construido un viaducto para salvar el río Arlanza de 62 metros de longitud.

El proyecto de la variante se remonta a 1991, cuando La Dirección General de Tráfico ya inició un estudio informativo de la obra en 1991, e incluso se aprobó definitivamente un proyecto en 1994, que fue sometido nuevamente a un estudio de detalle que motivó que tuviera que volverse a redactar.

Finalmente, el proyecto quedó aprobado en 1996 con un aumento del presupuesto previsto inicialmente después del desarrollo de una consultoría por parte de la empresa Control de Ingeniería y Proyectos S.A. Tras un tiempo de interrupción y el correspondiente proceso de adaptación al euro, las obras se licitaron en abril de 2003 y se adjudicaron en el mes de agosto del mismo año a la UTE compuesta por las empresas Cyopsa y Sisocia, que han desarrollado la construcción.

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